Dialogando con la oposición sobre las reelecciones.

Por: Luís Roldán Ríos Córdova rioscordova2010@hotmail.com.

R–  La reelección es un acto legal y yo estoy de acuerdo con ella.

O– Ah  no. Yo no lo acepto por que la reelección es una inmoralidad. El continuismo es el continuismo de la corrupción, daña a los intereses del pueblo.

R– Más bien creo que el continuismo te hace daño a ti como aspirante al cargo, no al pueblo. Bueno, es tu derecho no ser partidario de la reelección, como es mi derecho ser partidario de ella; pero, no vamos a discutir eso. Lo que quiero es aclarar algunos conceptos que manejas como oposición tratando de evitar que alguien se reelija.

No quieres la reelección por que sólo acarrea corrupción en el manejo del poder. Es lo que afirmas como oposición. Te pregunto: ¿Puedes demostrar que la nueva autoridad  va a ser un prototipo de honestidad y aciertos en el gobierno? …  Imposible ¿verdad?

O– Momentito. No se trata de demostrar que la nueva autoridad es la perfecta, sino, de evitar, ojo, ¡EVITAR! que una gestión al reelegirse no desemboque en un desenfrenado acto de corrupción.

R– ¡Qué bueno! O sea, el desenfreno de corrupción de las gestiones reelegidas es una ley inobservable. Es una Sentencia Consentida. Es Cosa Juzgada ¿Esa es tu concepción por lo que nadie debe ser reelegido? ¡Qué pena!… Me estás diciendo que ni siquiera tú te salvarías de esa lógica.

El problema es que a tus mezquinos intereses en busca de votos le conviene sembrar esa idea como la forma más fácil de enlodar y dar golpes bajos al rival.

Y las cosas no tienen que verse ni medirse desde el ángulo inmoral premeditado y pre juicioso de los hechos que aún no ocurren.

No denigres la reelección por esos considerandos, la reelección no es mala, puede que el candidato que busca una reelección no haya sido de tu agrado, pues que lo diga el pueblo, no tú como competidor, huele a  indecencia electoral y no a buenas intenciones.

O– No, una cosa no tiene nada que ver con la otra.

R– Una cosa no tiene nada que ver con la otra es una expresión usada cuando alguna comparación sirve de ejemplo y el tal ejemplo no nos conviene, me remito a los casos norteamericanos en cuyas políticas de gobierno siempre ha habido exitosas reelecciones que ha fomentado buenos gobiernos que no podemos echar al tacho sólo por que  crees que ya es su turno gobernar.  Merécelo pues, ofrece mejores alternativas de solución a los problemas sin enlodar el trabajo de la gestión que pretende reelegirse.

Claro, tú como oposición no quieres la reelección, pero no por salvar al pueblo de ese «monstruo» del continuismo, sino, por que crees que ya te toca. ¿Por eso hay que destruir la reelección a como dé lugar? ¿Qué pasa si tú fructificas una expectante gestión de gobierno y un periodo no te es suficiente?  Necesitarás otro ¿verdad?

Yo te diría más bien, que la no reelección propicia la corrupción más que la reelección.

O– ¡Cómo puedes decir eso!

R– Sí.  Es fácil caer en tentación de corruptelas al saber de antemano que no hay reelección, cuatro años no son suficientes para un buen trabajo, entonces mejor te olvidas de tus proyectos y sólo te dedicas a «asegurarte» tal como opinas.

O– No, sigo pensando que  el continuismo genera corrupción.

R– Mira. La corrupción no necesita del continuismo, tú lo sabes. También puede venir contigo sin haber sido reelegido; no es digno, constructivo ni decente usarlo como argumento. Por lo demás, dos periodos continuos sirven para consolidar o enterrar definitivamente como alternativa de gobierno a cualquiera. Y el entierro no conviene cuando somos políticamente responsables y queremos servir al pueblo que amamos.

O– ¿Acaso cuatro años no son suficientes para demostrar ser buen gobierno?

R– Para gobernar en términos de administrar la pobreza puede bastar un año, pero para gobernar en busca de cambiar las estructuras del atraso y sembrar nuevas bases en las que se va a sustentar el desarrollo de nuestro pueblo no basta un periodo.

A ti, oposición, si buscarías reelección mañana, asumiría que es por quieres tomar la responsabilidad de sacar a tu pueblo de la postración y te arriesgas a ello.  Si fuera como dices que sólo se busca la reelección para seguir con la corrupción, yo te diría que por tus razones, realmente tu teoría para oponerte a la reelección no tiene sentido, ni lógica, más bien desde tu pensamiento se puede interpretar tu reflexión como: «Vete ya que a mí me toca».  Esa oposición tercermundista que no trabaja con los intereses del pueblo seguramente coincide contigo, por tanto nunca va a ver con buenos ojos tus logros por que ello es obstáculo para sus aspiraciones electorales, como los logros del actual candidato a la reelección es obstáculo para ti.

Si realmente amas a tu pueblo, mira por encima de tus mezquindades los espejos que tenemos al otro lado de nosotros, de aquellos países desarrollados que apuestan por la reelección de sus gobernantes, como en los EEUU, donde sólo las reelecciones indefinidas no tienen cabida porque generan corrupción y destruyen la democracia como afirmó George Washington. También hay reelecciones en los países europeos; el mismo Brasil, un país que está en los carriles de ser una potencia mundial. En todos los países exitosos se apuesta por la reelección hasta en dos periodos de gobierno.

Pongo mis brazos al fuego por la reelección, quien sea que haya estado gobernando, y lo haría por ti también si considero que  haz hecho todo lo posible por trabajar bien aunque todo no te haya ido de maravilla, porque ello nunca va a ocurrir, siempre algo no andará bien que no necesariamente obedece  a la intenciones de hacer mal las cosas, tú no te vas a librar de eso, sin embargo yo te reelegiría si veo  que  vives con nosotros, apuestas por nosotros y estás con nosotros como pueblo.