Una situación extraña se experimenta en el tramo de la vida de la juventud a la vejez o a la realidad de la persona adulta mayor, porque se da la negación de aceptar que estamos entrando a una nueva etapa, que está bien definida desde nuestro nacimiento.
Es hasta inhumando expresar en tono de burla o a secas, “ya estás viejo”, o “ya te estás poniendo vieja”, en lugar de resaltar que es la etapa de la valiosa acumulación de las experiencias vividas a lo largo de varias décadas y que bien se puede dar testimonio y enseñanzas para que los errores no se vuelvan a cometer y para que los aciertos se mejoren y contribuyan a la verdadera felicidad que es la paz interior.
Por eso en este Día del Adulto o Adulta Mayor, queremos valorar a esos hombres y mujeres que tienen la bendición de seguir marcando sus pasos un poco lentos y que nosotros tenemos el deber de hacer que los mismos no pesen tanto, sino, que el disfrute del vivir siga siendo palpable.
Es realmente muy triste que muchos hijos e hijas se rindan ante la tarea que pueda significar en cuidar y asistir a los padres y madres, en una etapa que más necesitan de nuestro amor y comprensión, sin renegar, dándose fuerzas y recordar el Mandamiento Divino de Honraras a tu padre y a tu madre. Todos debemos contribuir a sus atenciones y cuidados.
Se puede decir que son renegones, que hacen berrinche, que son tercos, caprichosos, que están caducos, hasta que son malillos, que tienen una serie de defectitos, bien, acaso de pequeños ellos y ellas no habrían podido decir lo mismo de nosotros siendo unos niños criados con el amor, y no es que tenemos que devolverles las atenciones, no, debe y tiene que nacer del alma.
Muchos de los adultos mayores abandonados han encontrado casas de acogida, residencias, refugios, un lugar donde estar y socializar con sus colegas de tiempo de vida. Felizmente que también existen personas que apoyan a este grupo de personas vulnerables y les extendemos
La persona adulta mayor forma parte activa del núcleo familiar, y de la sociedad. El Perú tiene legisladas varias normas en beneficio de este importante grupo social, y celebra su día para valorar su aporte e íntegra dedicación al respeto de los derechos humanos.
En el Perú y en varias partes del mundo se rememora esta festividad todos los 26 de agosto teniendo como referencia al día de fallecimiento de la Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars: Patrona de la Ancianidad, y que este término traído a la actualidad es referida a nuestros adultos y adultas mayores. Muchas felicidades en su Día.