Alternativa llamada SIS

Desde nuestra observación y experiencia en los hospitales, de manera específica en el Hospital Regional de Loreto, podemos asegurar que el Seguro Integral de Salud, conocido con las siglas de SIS, que se creó para atender a los peruanos y peruanas, es efectiva, y viene cumpliendo con atender a la población que no cuenta con recursos económicos. No es perfecto como sistema, pero salva vidas, atiende a enfermos y los restablece.
Los que no cuentan con ningún tipo de seguro en salud y han sido atendidos por el SIS, saben lo importante que es este programa, ahora quienes han tenido problemas por falta de alguna o varias medicinas, porque la farmacia del Hospital no cuenta en ese momento y han tenido que salir a comprar afuera, saben que el gasto ha sido menor al que hubiera costado si no tuvieran el Seguro en referencia.
Es cierto, debe mejorar, pero que no se le quiera cargar la culpa de los males de los hospitales y centros de salud, a un sistema de salud solidario con los más pobres y que, reiteramos, es un derecho y una obligación del Estado atender. Nos parece poco ético que estando al día en el pago de los gastos que ocasiona este servicio social, un sector de médicos pretendan enlodarlo con los males de las instalaciones hospitalarias que tienen otras causas.
Lo que sí nos parece una desfachatez, por decir lo menos, que personal de salud que trabaja en los hospitales, no todos por cierto, aunque en los médicos es más notorio, es la actitud que tienen frente al paciente pobre niño, niña, adolescente, persona adulta o adulta mayor, donde resalta un trato hostil, como si estuvieran obligados a hacer algo que no quieren: atender al paciente. Recordemos que es su trabajo y por ello reciben una remuneración justa o no, que no es responsabilidad del paciente.
Si vas a sus consultorios el trato cambia, casi total, comprensivos, explicativos, con calidez, en fin, qué bien, así debe ser; pero también debe ser el mismo trato en los hospitales donde trabajan y nadie les obliga a estar allí, y realmente deberían ponerse la mano al pecho y cambiar o en todo caso, no merecen trabajar para el Estado que al paso de los años les extenderá una pensión de por vida.