Cuando vamos por las calles de la ciudad y encontramos en nuestro caminar a decenas de jóvenes con aspecto “zombie”, automáticamente cerramos por segundos los ojos y pensamos, qué nos está pasando como sociedad que nos parece “normal” que muchos de nuestra juventud y de igual forma, adultos, se encuentren sin el salvavidas necesario y que la Constitución Política del Perú lo garantiza.
Por eso no nos cansaremos de decir, que la inversión en el capital humano debe recobrar importancia. El hecho que estos jóvenes, en su gran mayoría hombres, haya llegado a tener alguna adicción a ciertos estupefacientes, no significa que vamos a abandonarlos a su suerte en las calles de la ciudad, muriendo poco a poco.
Una comisión multisectorial tendría que pensar y con el respaldo de la legalidad hacer propuestas para elaborar de emergencia algún proyecto para la rehabilitación de estos jóvenes que han perdido hasta la razón y a su vez esto les pone en la condición de un peligro para la sociedad, porque de hecho están a un filo de ponerse a delinquir, como que sucede.
Además, como no ha ocurrido una muerte directa ocasionada por estos seres abandonados por sus propios familiares que seguro impotentes, de no saber qué hacer con ellos, ya no los buscan, ni menos insisten en recuperarlos porque no se dejan, no hay una reacción de las autoridades de turno y de las entidades que trabajan por la juventud.
Se necesita un centro especializada de rehabilitación de este tipo de pacientes que se rehúsan a acudir al centro de rehabilitación mental del hospital regional de Loreto, aunque también allá nos dijeron que el internamiento del paciente es voluntario, no se puede obligar. Correcto, esa es la característica funcional de este centro.
Es por ello que se necesita un centro de rehabilitación diferente, donde si el paciente con trastorno mental o con alteraciones por consumo de drogas u otros no acceda a recuperarse, debe ser forzado a hacerlo, y seguro tras su recuperación, una vez saludables e reinsertados en la sociedad, hasta lo agradecerán.
Conocemos varios casos, uno de ellos, se trata de una de las pocas damas afectadas que deambula por el bulevar de Iquitos, y no quiere saber de nada de rehabilitarse, y está mostrando signos de fuerte trastorno mental, su familia quiere llevarla por la fuerza a rehabilitación mental del hospital regional, pero no ha sido posible porque se torna muy agresiva. Se necesita urgente un centro especializado para este tipo de pacientes y a la vez ciudadanos peruanos que andan sin rumbo, generando peligros, por las calles de Iquitos.