Los resultados del comportamiento de la actividad productiva por departamento en el segundo trimestre 2022 publicado por el INEI muestra resultados favorables en términos de producción en este primer semestre con un resultado de 8.75 por ciento.
El año anterior los resultados terminaron con una producción de 10.5 por ciento, convirtiéndose en crecimientos compensadores respecto al resultado pandémico de 2020.
Estos resultados son los mismos de siempre y se encuentran eternamente ligados a la actividad petrolera que se encuentra en caída libre desde la segunda quincena de los años 80, arrastrando a nuestra economía a la pérdida constante de la productividad por más de tres décadas continúas.
Los resultados se encuentran en vitrina: consolidación del empleo informal e ingresos marginales, con intervenciones de política públicas que abonaron, en el tiempo, una estructura productiva anclada en el siglo XX, que no permite soldar cadenas de valor en función del potencial de sus ecosistemas de agua dulce y bosques.
Esta riqueza está deviniendo en degradación por lo ineficaz de la aplicación de políticas en territorios distantes, con poblaciones dispersas y multicultural. El desafío para la próxima década en estos meses de propuestas políticas para el período 2023-26, radica en cómo empezar a definir una estructura productiva desligada o menos dependiente de la actividad petrolera, y los resultados del debate hasta ahora planteado por los distintos candidatos a nivel regional y local, no augura buenas vibras para un cambio en nuestra estructura productiva.
En este segundo trimestre 2022, el departamento de Loreto aumentó su nivel de producción en 7.8 porciento influenciado por el subsector hidrocarburos debido al aumento de la producción de petróleo crudo, como resultado del restablecimiento de operaciones de la empresa PetroTal en el lote 95, luego de haber paralizado sus actividades entre el 1 de marzo y 6 de abril de 2022 por conflictos sociales.
Respecto a los otros sectores, principalmente de la actividad productiva, su participación es marginal y tiene muy escasa relevancia en la formación de riqueza de la economía rural al observar precios en chacra subvaluados, dicho de otra manera: su esfuerzo productivo subsidia la economía urbana; y al no existir un encadenamiento territorial productivo entre lo rural y lo urbano, su magnitud no pasa de ser números fríos sin ninguna relevancia. Falta mucho por hacer.