Como cuando se dice “algo no huele bien”. Las concesiones que el Estado otorga a diestra y siniestra en la zona amazónica de nuestro país es preocupante, porque si bien se habla de objetivos sea de reforestación, de conservación, a la larga o corta generan problemas con los habitantes que quedan dentro de la jurisdicción y en ciertos casos se pudo comprobar que se utiliza para otras actividades.
Hace poco acá en Loreto se formó una inmensa área de conservación, “dizqué” en buen loretano, pero se escuchan voces que vienen trabajando para todo el negocio de los servicios ambientales. Son varias las comunidades que han quedado dentro de esa área, que de pronto se han convertido en inquilinos de su lugar de nacimiento y de vida. Tendrán que vivir bajo las restricciones de los “nuevos dueños” de ese territorio que es alguna ONG ambientalista.
De pensar que hace unos 15 años atrás, un luchador de las comunidades campesinas e indígenas, intentó persuadir al gobierno regional primero y nacional, después para que se tenga en cuenta la gran posibilidad de salir de la pobreza que tienen los pobladores de Loreto al empezar a ser capacitados y entender este tema de la conservación valorada, donde también encaja el tema turístico en sus distintas posibilidades de atracción.
Aparentemente no le hicieron caso, por lo menos no para trabajarlo con las comunidades rurales de Loreto ni de ninguna región amazónica del país, pero sí se empezaron a acelerar las concesiones a personas ajenas de nuestra región, venidas de otras regiones, incluso de otros países del mundo. Claro, que no todo lo que viene de fuera es una amenaza, pero en estos casos mencionados encarnan desconfianza.
Por lo visto, otros ya se “robaron” la idea, y es una muestra más que a mucha gente que maneja en los ministerios el poder y a los gobiernos de turno, no les interesa el verdadero progreso de los peruanos que estando rodeados de recursos naturales fabulosos, que por falta de promoción no pueden salir de la situación de miseria. Y esto tiene que de alguna forma revertirse. Estos procesos de reforma que se está exigiendo deben tener en cuenta todas las áreas de desarrollo del país, porque por donde se mire, se encuentran irregularidades.
Otro caso más dramático con esto de concesiones es lo que viene ocurriendo en la región amazónica de Madre de Dios, donde extensas áreas dadas para objetivos de reforestación vienen siendo utilizadas para acciones de minería ilegal. Quién controla esto? El Estado no tiene capacidad de hacerlo? Hasta se podría pensar que los directos responsables se hacen los que no ven nada? Y son territorios que pertenecen ancestralmente a pueblos indígenas, como en este caso de Kotsimba. Por eso estamos en contra de las concesiones desmedidas de terrenos amazónicos, específicamente.