Bastante revuelo ha concitado el conocimiento y publicación de los videos que comprometieron al gobierno y terminó por tumbar al ex presidente de la República Pedro Pablo Kuczynski, y nos permitió, mismos Vladivideos a finales de los noventa, confirmar lo que mucho sospechábamos de nuestra alicaída clase política partidaria nacional.
Los bautizados Mamanivideos son una réplica de lo que sucedió y determinó la huida del ex presidente de la República Alberto Fujimori Fujimori, quien terminó renunciando a su cargo desde el Japón vía una carta enviada por fax. Y se pudo escuchar en “pasillos” que el ex jefe de Estado Fujimori se llevó decenas de videos que pudo rescatar, mientras distraía a la población dándose de agente buscando públicamente a Vladimiro Montesinos, mientras este huía por el mar rumbo a Ecuador.
La lectura de lo que estamos viviendo como país es que nada o casi nada ha cambiado bajo la mesa de las negociaciones, donde el dinero está muy por encima de vencer la desnutrición infantil, de generar empleo, de dar oportunidades a los jóvenes que no tienen recursos económicos para estudiar (y para variar “amenazan” actualmente con el servicio militar obligatorio, cuando esta elección debería asumirse con orgullo y voluntariamente), los intereses de quienes tienen el poder económico capturan el poder político con financiamientos de elecciones. Odebrechet fue la muestra “mega” de lo que sucede desde los más mínimos aportes monetarios.
Eso es una parte del escenario y aquí nadie está en contra del crecimiento económico individual, ni menos empresarial, pero las estadísticas nos muestran una enorme insensibilidad de lo que acontece en nuestro país, y que las obras de caridad son un paliativo, pero no solucionan el problema de fondo, y que son el “caldo de cultivo” o las causas de muchos males sociales que no queremos ver.
Lo que tenemos que hacer es cambiar las estructuras, esas bases como la Ley Electoral que conlleva a un mercantilismo electorero, por más mínima que sea el presente, porque lo que se debe evaluar no es lo que nos da el candidato, sino a lo que se compromete si llega a ser autoridad. Y que el mecanismo para vacarlos ante incumplimientos sea más dinámico, menos engorroso, ni costoso. Así, la reforma electoral, por ejemplo, es un clamor. Y que la Contraloría muestre resultados de su trabajo durante las gestiones, y no después, después que “muchas documentaciones se arreglan”.
Ese es el contexto político social que percibimos y un colaborador para conocer más de la corrupción es irónicamente el congresista de Fuerza Popular, Moisés Mamani, cuestionado por acciones irregulares sobre su hoja de vida y otros.
El procurador público especializado en delitos de corrupción de funcionarios, Amado Enco, le ha solicitado que entregue los audios y videos de la supuesta compra de votos para evitar la vacancia del ex presidente, y con carácter de urgencia en 48 horas. Y es que cuando respondió a los medios dijo que tiene un audio con el ex mandatario PPK y que esto lo planificó con miembros de su partido. Esperamos conocer lo más próximo a la verdad.
¿Mamani responderá?
