¿Qué celebrar?

Ayer en todo el mundo donde se le reconoce, se conmemoró el Día Internacional de la Mujer. Para resaltarlo se realizaron una serie de actividades desde honoríficas, solemnes, reflexivas, académicas, jurídicas, policiales, artísticas, recreativas, policiales, concursos, etc.
Sin lugar a dudas, las mujeres están en un papel protagónico y los extremos son el drama, porque de la alegría se puede pasar a la profunda tristeza como cuando de un logro se hable o cuando se dé cuenta de un feminicidio. Las estadísticas en el país son escalofriantes. Ya no es disuasiva la certeza de ir a parar a la cárcel por muchos años.
Entonces qué celebrar se preguntaba mucha gente que no cree en fechas conmemorativas, menos en la idea de festejar por el Día de la Mujer cuando a diario muchas dejan de existir por manos de sus agresores, que generalmente son parejas sentimentales, y hasta ex parejas. La cosa es un verdadero drama.
En el caso de las parejas, incluso no les importa a estos hombres afectar emocionalmente a sus hijos menores de edad, pues perpetran su crimen delante de ellos. Y hasta aniquilan a los menores, para luego ellos mismos quitarse o intentar quitarse la vida. Es un escenario de terror.
En esta parte de la vivencia es comprensible que mucha gente a través de las redes sociales no esté de acuerdo con “celebrar”. Y hasta esta postura se podría decir que esconde ideas machistas porque entendemos que sí hay mucho qué celebrar y también hay muchísimo de dolor por las estadísticas de crímenes que nos eriza la piel por la frialdad con la que se cometen y con la que se confiesa.
Vamos viendo que el Día Internacional de la Mujer se va más bien centrando en los logros históricos conseguidos. Y es en el Día de la No Violencia contra la Mujer donde se enfoca actividades relacionadas directamente a los hechos trágicos que encierra el ser mujer, donde también se enmarcan los crímenes de odio.
Es por eso que ayer sí había lugar a celebrar. Celebrar por ejemplo haber conseguido la incursión de la mujer en la política de los países con derecho no solo al voto, sino a candidatear. Las nuevas generaciones de hecho no podrían valorarlo en su real magnitud porque no vivieron esa exclusión. Ellas nacieron cuando el voto ya estaba instaurado. Sin embargo es un hecho histórico que no debemos pasar por alto, sino brindar por ello.
Así, a lo largo de la historia la mujer ha ido consiguiendo un trato igualitario como en el campo laboral, haber legalizado el permiso por derecho de lactancia, tener acceso a la oficialidad en las Fuerzas Armadas y Policiales, ser aceptadas en actividades donde antes solo era permitido a varones como el manejo de maquinaria pesada y todo tipo de vehículos, realizar estudios universitarios, etc, etc. Son motivos más que suficientes para celebrar. El mundo igualitario entre hombres y mujeres todavía está en construcción.