Este escenario se veía venir y más el Congreso de la República que el Ejecutivo nos está llevando a una ebullición que podría terminar en perdérseles la paciencia a todos, y con consecuencias insospechadas, puesto que las encuestas muestran desaprobación a ambos poderes del Estado. Esto nos revela que la ciudadanía peruana percibe lo mal que están nuestros políticos gobernantes en general.Este escenario se veía venir y más el Congreso de la República que el Ejecutivo nos está llevando a una ebullición que podría terminar en perdérseles la paciencia a todos, y con consecuencias insospechadas, puesto que las encuestas muestran desaprobación a ambos poderes del Estado. Esto nos revela que la ciudadanía peruana percibe lo mal que están nuestros políticos gobernantes en general.Y ayer a la medianoche en el Congreso se consumó lo que se presumía, dada la postura extrema de la mayoría fujimorista, quienes le dijeron no al pedido de confianza solicitado por el presidente del Consejo de Ministros, Fernando Zavala Lombardi. Y tal como lo señala la Constitución Política de nuestro país, el Consejo en pleno tendrá un plazo de 72 horas para renunciar. La cuestión confianza fue negada con 76 votos en contra, 22 a favor y 16 abstenciones, tras un debate acalorado con duros calificativos por más de 7 horas, en el seno del parlamento.A las 4 de la tarde, Zavala sustentó su pedido reiterando que apelaba a este recurso porque desde hace semanas se ha evidenciado una intención de socavar la política educativa del Estado. Ya desde el inicio del debate los miembros de Fuerza Popular se expresaron en contra de la cuestión de confianza. Se notaba la tendencia de rechazar el pedido como finalmente sucedió. Como todos conocemos, el asunto empezó por el pedido expreso de congresistas fujimoristas para que renuncie la ministra de Educación, Marilú Martens, y la respuesta fue que el presidente de la República, le dio su respaldo, lo que se puede considerar lógico, puesto que el pedido estaba invadiendo las facultades del mandatario. La otra respuesta fue el pedido de cuestión de confianza al gabinete en pleno que hizo el premier Zavala. En ese contexto y de acuerdo a la ley, el mandatario de la Nación deberá cambiar a todos los ministros de Estado. Este hecho representa la profundización de las discordias entre el Congreso y el Ejecutivo. Lo que hace pensar que esta nueva etapa de relaciones agrias jamás llevaría a una disolución del Congreso porque como dice la norma tendría que ocurrir un segundo rechazo de confianza al gabinete ministerial, o sea al que se formará. Cosa que pensamos no va ocurrir.Este escenario al que nos está llevando tanto la mayoría del Congreso como el Ejecutivo se torna sospechoso, puesto que se genera cuando hay más razones para exigir la venida de Toledo al país, mientras Odebrecht tiene una jarana aparte, y cuando ciertas situaciones ponen en sospecha a la lideresa Keiko Fujimori, y al ex presidente Alan García. Raro que Kuczynski arriesgó lanzar al agua a todos sus ministros. Habrá más show.
Fuegos recruzados
