Envenenaron ríos

Tenemos que alzar la voz y desplazar nuestras miradas por todas las autoridades responsables de prevenir que los alrededores de Iquitos, pueda llegar a ser un nuevo tristemente “Madre de Dios” respecto a la deforestación y envenenamiento de sus ríos por las dragas para extraer oro.

Existe información real de las dragas que están operando en la zona del río Napo y por zonas del río Nanay, será por el Alto Nanay, por el Alto Marañón, y esto es muy peligroso, y se tiene que frenar antes que avance demasiado y resulte toda una convulsión solucionarlo.

Tenemos el espejo de nuestra paisana región selvática de Madre de Dios que tuvo que sufrir una deforestación horrible para que recién reaccionen las autoridades responsables. Pasaron 10 años para montar con mayor fuerza una operación que logre acabar con ese acto criminal contra la vida (bosque) que nos garantiza vida.

Lo que era unos bosques tropicales hoy hay sectores que han calificado como “desiertos repugnantes”. El lugar se llama La Pampa donde se realiza la “Operación Mercurio” desde febrero de este año con 1,200 policías y 300 soldados con la misión de expulsar a cerca de 25 mil mineros.

Hasta hace dos meses ya habían destruido más de 300 campamentos, 111 balsas dragas, 793 balsas, 120 dragas, 15 embarcaciones fluviales, 113 bombas de succión, 16 generadores eléctricos, cerca de 7 mil galones de combustible, retroexcavadoras, y otros. Y se conoce que la mayoría de mineros abandonaron por su voluntad la zona, aunque hubo como 30 detenidos.

A toda esta actividad ilegal destructora de la naturaleza se suman delitos como la trata de personas, prostitución (adultas y niñas) y el sicariato. La buena noticia que nos llega y esperamos sea cierto, es que todas estas actividades han sido controladas por el Gobierno.

Pero, por qué tuvieron que esperar que aumente de la forma criminal como sucedió, para recién por la presión internacional intervenir de verdad, no como simulacros que no aseguraban ningún éxito de intervención. Si cuando eran menos pudo erradicarse sin tanta inversión, además. Es que la corrupción millonaria también era el factor. 

Estamos a tiempo de que por acá no se repita una historia parecida. Los candidatos y candidatas al Congreso deben pensar en un proyecto de ley que garantice operativos que acaben con la minería aurífera ilegal en nuestros ríos. De momento varios se hacen los desentendidos.