El arte: Una actividad dinámica y unificadora vital en la educación de los niños

talleres en la escuela de bellas artes 1El dibujo, la pintura o la construcción constituyen un proceso complejo donde el niño reúne diversos elementos de su experiencia para formar un todo con un nuevo significado. En el proceso de seleccionar, interpretar y reafirmar esos elementos, el niño nos da algo más que un dibujo o una escultura; nos proporciona una parte de sí mismo: cómo piensa, cómo siente y cómo ve.
En la Escuela de Bellas Artes «Víctor Morey Peña», tiene muy bien definido la importancia de esta herramienta que es el arte a través de la educación artística, como parte esencial del proceso educativo, puede ser muy buena la que responda por la diferencia que existe entre un ser humano creador y sensible y otro que no tenga capacidad para aplicar sus conocimientos, que no disponga de recursos espirituales y que encuentre dificultades en sus relaciones con el ambiente. En un sistema educacional bien equilibrado se acentúa la importancia del desarrollo integral de cada individuo, con el fin de que su capacidad creadora potencial pueda perfeccionarse.
Para el niño el arte es, primordialmente, un medio de expresión. Es para ellos, un lenguaje del pensamiento. El niño ve el mundo de forma diferente y a medida que crece, su expresión cambia.
Si los niños pudieran desenvolverse sin ninguna interferencia del mundo exterior, no sería necesario proporcionarles estímulo alguno para su trabajo creador. Todo niño emplearía sus impulsos creadores, profundamente arraigados, sin inhibición, seguro de sus propios medios de expresión.
En educación artística, el producto final está subordinado al proceso creador. Lo importante es el proceso del niño, su pensamiento, sus sentimientos, sus percepciones, en resumen, sus reacciones frente al medio.
Y en el taller de creación temprana que impulsa la Escuela en mención, consideran que todo instituto de enseñanza debe tratar de estimular a sus alumnos para que se identifiquen con sus propias experiencias, y de animarlos para que se desarrollen en la medida de lo posible los conceptos que expresan sus sentimientos, sus emociones y su propia sensibilidad estética.
Enseñar arte en la escuela es alfabetizar estéticamente. Es desarrollar la competencia estética expresiva con tiempo, paciencia y trabajo sistemático, integrando conceptos, hechos y actitudes que permitan producir y comprender mensajes estéticos desde diferentes lenguajes artísticos, como un modo de posibilitar un desarrollo más integral. (MIPR)