El rol de la familia en debate

– Un caso de filicidio y suicidio que aún conmueve a la sociedad loretana:

Por: Adolfo Ramírez del Águila
arda1982@yahoo.es

La familia, pese a los cuestionamientos que se le puedan hacer,  sigue siendo el primer espacio social en el que todos y todas crecemos y nos desarrollamos integralmente. La familia, para los estamentos religiosos, es también la iglesia doméstica y el lugar sagrado en donde los padres asumimos el mandato  divino de generar, defender y perfeccionar la vida. Además, la familia sigue siendo aún, muy a pesar de sus detractores,  esa instancia de afectividad en la cual los padres logramos nuestro pleno desarrollo ético, social, económico y cultural, pues es el lugar privilegiado en donde los proyectos de auto realización integral se nutren y se concretan para beneficio de los hijos, de los propios padres, de los parientes y por extensión de toda la sociedad en general.
Esta conceptualización de la familia que acabamos de elucubrar, se tiró al tacho este pasado fin de semana. El sábado, para amanecer el día domingo exactamente, nuestra ciudad, se despertó sobresaltada por una tragedia familiar sin precedentes: una joven madre de 20 años, protagonizó una escena de crimen, solo vista en las películas de terror.  Confundida en sus afectos de amor por su pareja, la joven progenitora, decidió eliminar mortalmente a su menor hija de 2 años, para inmediatamente después auto eliminarse. El macabro cuadro, descubierto por la propia pareja sentimental con quien convivía, provocó gritos desgarradores que alborotaron a esas primeras horas del domingo en la Zona Oeste de nuestra ciudad de Iquitos.
Ante el hecho espeluznante, se hace urgente un serio autoanálisis del rol de los padres, para desde allí hacer una urgente revisión de nuestros compromisos y retos.  Surge el inevitable aprendizaje de la experiencia ajena, como una forma de  probar nuestros reflejos e inteligencia emocional y recrear consejos prácticos que puedan mejorar nuestra actitud ante la inevitable crisis que siempre ronda en la vida familiar. Reconstruyamos los hechos y ensayemos algunas reflexiones y sus respectivas estrategias pertinentes.
Las investigaciones periodísticas y policiales, dieron cuenta que la joven familia,  vivía en una habitación particular y autónoma.  Habían regresado juntos de un compromiso, y casi nada hacía presagiar que la desgracia estaba a la vuelta de la esquina. Es importante que todo el entorno familiar, esté más atenta a cualquier indicio de situaciones de conflicto en las jóvenes parejas. Es importante que los padres promuevan el diálogo y la camaradería permanente así sean los hijos mayores e independientes, pues nuestra obligación no termina cuando se van de la casa, sino que continúa en el acompañamiento oportuno y vigilante ante al menor indicio de crisis de pareja.
Narraron también los medios escritos y radiales, que el joven padre de familia de retorno a casa, después del compromiso al cual habían asistido en familia,  habría decidido «santificar»  las fiestas de fin de semana en compañía de «amigos» muy a pesar de la oposición de su pareja sentimental. Es importante recordar, el rol que asumimos como pareja al momento de decidir por la convivencia. El machismo arraigado en nuestra cultura loretana, hace que los varones insistamos en continuar una vida de soltería, a sabiendas que  tener una pareja exige  dedicación mínima y oportuna, máxime si la esposa reclama ese derecho.
Ante la fatal decisión del conviviente de continuar la juerga sabatina, la joven madre de familia, movida por los celos enfermizos y actitudes posesivas, amenazó a su pareja vía mensajes de textos, que si él se va de la casa a «pasarla bien» con sus amigos, ella y su hija tomarían la decisión de «ir a un mejor lugar»; nada hacía presagiar que  esa amenaza horas más tarde, sería una macabra realidad más allá de esta vida terrenal. Es urgente replantear nuestras formas de amar con el filtro de la inteligencia emocional, para evitar estos trances casi de locura humana que producen los celos enfermizos y el aparente sentimiento de odio y venganza hacia la pareja, que han dado como resultado estos trágicos sucesos. Sería interesante en este punto, el pronunciamiento del Colegio de Psicólogos de Loreto para tener más alcances científicos al respecto.
Las repercusiones de esta triste noticia, nos involucran a todos, y nos invitan a poner la barba en remojo, para cuidar la salud emocional de los integrantes de nuestra familia y prevenir tragedias que podrían ocurrir en un abrir y cerrar de ojos. Esta joven familia casi exterminada, ha pasado en su momento, por alguna escuela, y debe llamar la atención de todos los agentes educativos, en especial de los maestros, para dar más importancia a las áreas académicas que ofertan aprendizajes en actitudes y valores, para que a través de estos espacios, entrenemos a nuestros estudiantes en tópicos como la defensa de la vida, la tolerancia de pareja, el amor auténtico, el respeto, la autoestima, la integridad, la convivencia pacífica, el diálogo de pareja y más que todo la tan olvidada integridad moral y ética.
Que Dios padre todopoderoso y nuestra madre santísima Virgen María, San Valentín, Santa Rosita en vísperas de celebrar su dia central,  y todos los santos, iluminen a nuestras familias loretanas para rechazar todo tipo de violencia autodestructiva. Que Dios misericordioso acoja en su reino a esta madre victimizada por sus actos, y aumente en el coro de sus ángeles con la partida de esta inocente niña víctima de un filicidio atroz y repudiable. Perdón Señor perdón y líbranos del mal. Amén.