Atención de calidad

Las veces que han sido muchas, que hemos tenido la necesidad de atendernos por algún servicio de salud del estado, lo hicimos sinceramente con cierto temor, rezando que nos toque ser atendidos por personal de salud sensible que entienda que el paciente debe ser tratado con suma consideración, puesto que es justamente eso: un paciente.
Hemos tenido diversas experiencias sea buenas, amargas y hasta indignantes, pareciera que el hecho de asistir a un centro asistencial del salud pública, de por sí ya llevaría el sello de indiferencia, mal trato, felizmente salvo muchas excepciones. Y en cuando a insumos médicos y equipos siempre están a las justas o no hay.
Entonces, de todas las veces que hemos asistido para recibir atención por alguna dolencia, terminábamos ansiosos y extrañábamos el trato amable de una clínica o centro médico privado, pero así es no quedaba otra que aguantar con tal de recibir la atención a alguna dolencia.
Sin embargo, es justo reconocer cuando las atenciones son muy eficientes y con calidez, como debe de ser. Decimos esto en referencia a la atención que experimentamos en el centro de salud de Moronacocha cuando fuimos por la tercera dosis de la vacuna.
Nos encontramos de pronto parados frente a una mesa en una vereda junto al centro en referencia, donde el personal estaba debidamente protegido y el médico que nos atendió nos hizo las preguntas necesarias, analizó rápidamente dijo, usted tiene que pasar la prueba para prevenir, ya que si tiene covid-19 le puede chocar la vacuna.
Pensamos que ahora sí empezaba nuestro calvario de trato indolente, pero nos equivocamos, ingresamos al centro de salud como nos indicaron, y otro médico amable sin dejar de tener el rostro serio nos orientó para ser atendidos por un equipo de enfermeras entre jóvenes y adultas, también cordiales. Nos indicaron para pasar a farmacia, sacar una copia y luego con el técnico para la prueba antígena, todo amable y dándonos ánimos para no mover la mano cuando introduzca el isopo en nuestra nariz. El resultado para cuándo, ahora en 5 minutos, plop, ni en la clínica privada.
Qué felicidad un trato así, de respeto, de consideración, digno de ciudadanos que protegidos por la Constitución reciben atención en salud de calidad y con calidez. Como en los países que privilegian la salud, la educación y la buena alimentación. Todos los niveles de gobierno deberían dar prioridad a esa base del desarrollo que es la inversión en el capital humano.