Una cita con el destino

Lo que se viene, el futuro, será única y exclusivamente responsabilidad del hombre. Que el planeta haya alcanzado sorprendentes niveles de contaminación, emisiones  derivadas de la deforestación y degradación de los bosques, todo eso que ha propiciado el calentamiento global, situación que los científicos han tardado años en comprender las causas que lo originan, es por los gases de invernadero emitidos por el hombre como la combustión de combustibles fósiles en carros, motos, fábricas y producción de electricidad.
El gas responsable de la mayoría del calentamiento es el dióxido de carbono, también conocido como CO2. Además hay otros gases que contribuyen a este efecto, entre ellos el metano que liberan los vertederos y la actividad agrícola, excrementos de animales como la vaca, óxido nitroso de los fertilizantes, gases utilizados para la refrigeración y los procesos industriales. Esos son los que nos están haciendo perder la vida natural del planeta. Nuestros bosques cada vez menos, almacenan por consiguiente menos gas carbónico, el CO2 que nos está matando.
Hacemos este comentario aprovechando el desarrollo de la cita que se realiza en Barcelona, España, con la presencia de representantes de Brasil, Perú, Indonesia, Nigeria, Estados Unidos, México y España, a la que han ido también los gobernadores regionales de la Amazonía Peruana, a fin de ver de qué manera se puede menguar el proceso del cambio climático y presentar estrategias para un mejor manejo de los bosques.
En todo esto, las buenas intenciones son las banderas de los asistentes, más, eso, no será suficiente para cambiar el comportamiento de los países que poco o nada les importa, porque ellos están enfrascados en desarrollar sus industrias, fabricando más vehículos que consumirán más gasolina, produciendo día y noche más CO2.
Que los países industrializados nos den una compensación por mantener viva la naturaleza, sería lo justo, porque de lo contrario estaríamos asistiendo a una suerte de imposición de la ley del más fuerte, que hace lo que quiere donde le da la gana.
Hay países como Costa Rica que está recibiendo buenos dividendos por mantener intocable la vida natural, lo que deberíamos seguir su ejemplo. Nuestros bosques, nuestros ríos, son la vida que necesitan los europeos, los países asiáticos como Japón con grandes niveles de industrialización y eso debe ser recompensado. Finalmente esos países fueron y son los que llevaron al planeta al estado en que se encuentra.