Sincerando las cosas

Si este Diario acoge en sus páginas el sinceramiento del nuevo presidente del directorio de la Sociedad de Beneficencia Pública de Iquitos, quien a boca de jarro hace saber que esta institución está quebrada, que tiene deudas que no es posible pagar, que no hay cómo pagar a los trabajadores a los que se les rescindió el contrato, que por cada sesión cada uno de los directores cobraba 1,200 soles y que en estos últimos días no hubo qué darles de comer a los ancianos del albergue San Francisco de Asís, este mismo medio periodístico también quiere sincerarse con sus lectores y decir su palabra sobre este tema que es todo un escándalo.
Que en la compra de alimentos para el albergue de los ancianos  y para los niños de la casa estancia, haya habido sobrevaloraciones en el precio, no es novedad. Eso se sabe desde hace mucho tiempo atrás. Que hay funcionarios de la Beneficencia que tienen en ella la despensa para su voraz apetito económico, también.
En el periodismo del diario, vemos cosas que reflejan la miseria humana, del alma corroída, del envilecimiento y la podredumbre que exhala la presencia de personas a las que jamás se les ha debido confiar una institución pública donde hay manejo de dinero, por muy escaso que este sea.
Que las cosas que ha salido a denunciar el señor Enrique Rodríguez Morales, recientemente nombrado para manejar la SBPI, no se reflejen ni se repitan en su gestión. Eso será una demostración de que aún hay gente honorable y digna, que merece nuestra confianza y respeto.
Pero si eso no ocurre, le aconsejamos a nuestra gente que no lloren sobre la leche derramada, porque eso no tiene ningún sentido después que alguien nos defrauda.
Esperemos que no sea así. Que la Beneficencia beneficie y vaya a favor y socorro de los ancianos y los niños. Que no sea refugio de gente inescrupulosa que sin ningún asco se roba el dinero público.