Titulares

Seguirá creciendo

Caminando por la zona de Masusa hemos podido observar rostros de preocupación por la crecida imparable del río Itaya, como afluente del río Amazonas y que se confluye con el río Nanay antes de salir hacia el río mar.
Será una creciente fuera de lo que normalmente conocemos, es lo que se venía señalando desde las voces oficiales de la hidrografía en esta parte de la Amazonía del país. Así parecen ir confirmando los reportes desde los ríos Ucayali, Huallaga y Marañón, donde las aguas han pasado los niveles a que estamos acostumbrados.
Es verdad, que hemos tenido otras crecidas similares, pero el impacto era menor debido a que las zonas que actualmente se cubren de agua eran bosques libres o zonas no habitadas por seres humanos, más si por las especies que tienen como casa a estos espacios naturales.
Podríamos cuestionarnos muchos aspectos que en conjunto como sociedad no tuvimos en cuenta, y quienes ejercían el poder político tampoco pusieron la firmeza para evitar que se formen zonas habitables por centenares de familias, en los lugares inundables.
Todos necesitamos un techo para vivir, tenemos derecho como peruanos, la Constitución nos ampara, pero también pone restricciones y es la parte de nadie cumple, exige que se cumpla y que tampoco somos buenos ciudadanos para exigirnos cumplirlos. Es que siempre estuvo prohibido habitar las zonas bajas, inundables. Salvo un plan urbano con sus características especiales, que tampoco se dio.
El río seguirá creciendo por lo menos hasta el mes de junio que llegará a su máxima creciente, mientras las aguas vienen presurosas desde los otros afluentes, que con el agua pluvial se juntan para seguir mostrándonos un escenario diverso. El pronóstico señala que las lluvias seguirán. ¡Claro estamos en el invierno amazónico!
Así, por un lado, tenemos el paisaje lavado con hojas verdes brillando, las aguas movidas y salpicadas que avanzan soberbias, y por otro, los rostros humanos tensos carentes de recursos que pugnan por más madera para construir altillos (pisos altos) y reforzar los puentes. En el peor de los casos tendrán que abandonar una temporada sus viviendas, hasta que baje el río.

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