Las personas arriba de los 70 años tienen muchos recuerdos de cómo la fiesta tradicional de San Juan era una celebración más religiosa por el Patrono San Juan el Bautista y gastronómica por la preparación de los juanes y la chicha de maíz.
Este proceso de elaboración era todo un ritual en las familias, en las comunidades y sobre todo en los llamados mayordomos de las parroquias donde el Patrono de San Juan el Bautista era recordado a ritmo de orquesta típica frente a luminosos y vistosos altares.
En la llamada comunidad campesina de San Juan de Miraflores que es una urbe moderna y rural a la vez, es una costumbre que conserva la iglesia católica en su parroquia de la loma, hasta donde llegan vecinos y turistas para ver de cerca las danzas frente al altar.
Esos pasitos de danza llana, muy contagioso para las piernas y pies bailarines se avivan cada año en esta temporada, que por razones de Covid-19 se recuerda sin mayor alboroto como antes de la pandemia.
Estas personas de arriba de los setenta también se acuerdan del salto del shunto que era hacerlo sobre una fogata de candela, del baño en la quebrada o el río a la media noche para purificar el cuerpo y el espíritu.
Recuerdan de las salidas en grupos familiares o de vecinos con sus canastas y bolsos en busca de quebradas para acampar alrededor, bañarse y disfrutar a la hora del almuerzo de los sabrosos juanes, con su huevo duro y maduro frito, debajo de la sombra brindada por árboles.
Y cómo no recordar el intercambio de juanes para probar las distintas sazones de las mamás que eran las reinas en la preparación del sabroso potaje que para esa fecha tenía que ser de gallina regional o de las gallinas criadas en la huerta para la especial ocasión. En la actualidad los papás también intervienen en la sazón y bienvenidos sigan siendo.
Algo de esta tradición queda y se han abierto paso a otras formas de celebrar que obliga los cambios en el transcurrir de los años, ahora se busca no solamente quebradas, lagos y ríos, también se buscan piscinas o la reunión es en casa con baile y brindis, y piscinas inflables. Pero, nos queda cuidarnos en esta temporada donde todavía el virus acecha.