El país atraviesa una muy cruda situación en diversos aspectos que no le hacen precisamente el mejor lugar para vivir sin sobresaltos, y es que la suma de problemas sin pronta solución como la evidente grave corrupción desde un buen número de peruanos y peruanas que gobiernan, es desesperanzador.
Pero, como se dice, mientras hay vida hay esperanza, y la batalla contra la corrupción sigue, aunque muchas veces no sabemos si reír o llorar, o ambas cosas, pero jamás rendirnos en nombre de miles de loretanos donde nos incluimos, obviamente, y millones de peruanos, es así que la batalla continúa.
De igual forma, ante el anuncio de que este año el crecimiento económico del país será del 3%, tampoco sabemos si reír o llorar, mejor ambas opciones, y así nos desahogamos, tal vez. Pero es que no tienen mejores anuncios para ir restableciendo a la nación.
Señores autoridades en general, estamos en una emergencia de hecho sobre la necesidad de generar reales bases de desarrollo empezando por la generación de empleo digno para millones de desempleados que marcan el aumento de la extrema pobreza, porque en pobreza ya están hace tiempo otro tanto de empleados, que tienen una labor para subsistir.
Mientras esa empleabilidad se genere, están en la obligación de acudir a otros mecanismos para atender el hambre, que de persistir tendremos más gente enferma asistiendo a los “modernos” centros hospitalarios carentes de medicinas, de especialistas, o que no funcionan por falta de insumos. Entonces tendremos riesgo de aumento de mortandad.
También se tiene que atender bien la parte educativa y todo lo que implica la implementación permanente de los centros escolares, y aumentar los servicios como el transporte escolar para quienes por no contar con un pasaje dejan de asistir, o para el transporte fluvial de quienes por no tener secundaria en sus pueblos frustran el término de sus estudios básicos.
Existen muchos proyectos trabados, eso, porque no da lugar a enormes cantidades de dinero para las coimas. Otros se traban para seguir generando las coimas. Esto es un secreto a voces entre la ciudadanía, y preocupa ver cómo se ha perdido la vergüenza, para seguir asaltando “legalmente” los fondos públicos que pertenecen a todos.