Reglas y señales

Estamos avanzando de forma mínima, aunque necesitamos que haya más celeridad, y de esa forma disminuyan los accidentes de tránsito en nuestra ciudad de Iquitos, que se vuelva a sentir confianza al caminar por las calles y cruzar las pistas, que se vuelva a sentir que el conducir un vehículo obedece a normas que se deben respetar sin dudas, ni murmuraciones.
Nuestro «chip» cerebral tiene que orientarse en el sentido del respeto por las reglas y señales que significan también el respeto por la vida propia y la de los demás. En una ciudad en crecimiento como la nuestra y aun también en sociedades pequeñas, las normas de convivencia son básicas para un buen entendimiento.
Acá experimentamos aberraciones como el cruzar la pista cuando el semáforo está de color rojo y de pronto sientes que ya te abolla una moto o motocarro, cuyo conductor con la mano en el acelerador está que tira y afloja esperando el pase a color verde para que en milésimas de segundo acelere el vehículo. No hay un mínimo de respeto al turno del pase peatonal. Y por temor tenemos que pasar apurados.
El «gana gana» es una norma de las sociedades poco educadas, y ojo que no decimos «instruidas», porque se puede tener conocimientos especializados de ciertas materias, pero somos muy mal educados que puede implicar ser faltosos a las normas establecidas y que por equis razones queremos hacer lo que se nos viene en gana en una urbe que necesita orden y respeto mutuo.
Sin embargo, a propósito de las campañas de educación vial que se vienen realizando en Iquitos y que conocemos se hacen con pocos recursos, vale el esfuerzo, pero todos tenemos que comprometernos más. Esto en varios aspectos, por ejemplo, cruzar solo por la señales peatonales, no hacerlo de media cuadra, así tengamos que caminar un poco más. Igual tenemos que respetar los paraderos, y los conductores ser considerados con los peatones que están en la figura de vulnerabilidad.
Pero, para que todo funcione sobre ruedas, tenemos que tener ubicadas las señales de tránsito, y esto es responsabilidad de las autoridades correspondientes, aunque también se espera el apoyo del sector privado que podría pintar algunas señales de tránsito como una obra de proyección hacia la comunidad. El sumar sin reparar en mediocridades ajenas, nos ayudará a seguir avanzando.