Protección a la mujer, tarea urgente.

Increíblemente  en el Perú, en estos últimos años,  la agresión física contra la mujer cometido por el esposo o conviviente en los distintos estratos ciudadanos, se siente  con mayor incidencia en los hogares periféricos donde residen familias de mínimo ingresos, lo  que significa  un factor que abona en  favor de actos de violencia que muchas veces terminan en resultados fatales, siendo siempre la víctima una mujer o un niño.

Dicho problema ha tomado tal dimensión  que, en procura  de lograr   conjurar la violencia familiar  por una adopción  de formas civilizadas  de vida, el Ministerio de la Mujer decidió desarrollar  en todo el país, la campaña «Cambia tu Vida» …Denuncia el maltrato» ; sistema mediante el cual se busca motivar a las víctimas de  la violencia a denunciar  situaciones que podrían degenerar en feminicidios.

Para apoyar tal medida, debe saberse que en el año vigente se registraron 17 casos de violencia por cada hora del día, lográndose establecer dicha cifra recurriendo a los informes diarios de atenciones de emergencia  en los centros hospitalarios del país.

También hay que tener en cuenta que el INEI ha determinado mediante paciente análisis que el 49.9 de mujeres en edad fértil, alguna vez sufrieron violencia física por parte de su esposo o compañero.

Buscando revertir tal situación, el MINDES, desde hace más de un  año, viene ofreciendo atención a nivel nacional  a las víctimas de actos de violencia través del servicio gratuito de la línea 100 y los centros de emergencia de la mujer (CEM). Aquí cabe precisar  que desde el 2002 los CEM han atendido  228 mil 076 víctimas mujeres entre niñas y adolescentes, adultas y mayores  y durante el presente año va atendiendo a más de 34 mil 882 casos de violencia, siendo las víctimas 30 mil 485 mujeres y 4 mil 397 varones. Todos recibieron asesoría legal, social y sicológicas gratuitas.

Resulta duro decirlo, pero debe señalarse que el Perú es uno de los pocos países con elevados índices de  violencia contra la mujer adulta y la mujer niña, lo cual permite asegurar  que tal violencia permite el riesgo de que tales actos constituyan un problema  de suma gravedad, que puede impedir la construcción de las relaciones democráticas en el interior de la familia y del país.

Es de esperar que el apósito que ha implementado el MIMDES logre cambiar siquiera en algo la triste figura de país violento que nos precede, mientras tanto el periodismo tiene la obligación de divulgar tales medidas para lograr siquiera someramente evitar que tal situación persista en tantos  hogares loretanos.