Priorizar conectividad

No se puede tapar el sol con un dedo, cuando se deslizan reproches por la mala administración de los recursos del Canon Petrolero, y no nos cansaremos de comentar que la responsabilidad es compartida con las autoridades regionales de turno que hemos tenido y las nacionales. Nadie se preocupó por una eficiente fiscalización de los recursos que va más allá de decir en qué haz gastado y cuánto, sino, el argumento válido, la sustentación del gasto en términos de planes de desarrollo para la región Loreto, con alcance a las regiones amazónicas vecinas, y más allá.
Sin embargo, no podemos ser injustos con los planificadores que desde la naciente Ordeloreto (equivalente hoy a gobierno regional), trazaron los ejes de desarrollo desde una mirada estrictamente técnica, pero que la opinión política, inmediatista y populista lo fue destruyendo, o por lo menos paralizándolo. Así los verdaderos planes de desarrollo empezaron a dejarse de lado, como la priorización de la conectividad.
Hace más de 30 años que venimos escuchando la necesidad de interconectarnos internamente en nuestra región y hacia las otras regiones amazónicas para llegar a la sierra y costa de un modo más económico, aunque no tan rápido, pero, lo suficientemente efectivo para los proyectos de integración y sobre todo comercialización. Cuánto tiempo se ha dejado pasar sin poder hacer realidad proyectos viales como la carretera Napo – Putumayo, Genaro Herrera – Angamos, Tierra Blanca – San Martín, Huambé – 12 de Octubre, Bellavista – Mazán, y otros tantos, que tienen estudios preliminares, pero que no pudieron pasar porque se impuso el interés politiquero de turno y no el geopolítico de largo alcance.
Si todos los trazos carreteros se habrían hecho realidad desde hace cuatro décadas, estaríamos frente a otra perspectiva de desarrollo en nuestra querida Región Loreto, y los millones que se habría gastado sí justificarían la inversión. Pero, cuáles eran las justificaciones a media voz para no hacer realidad estos proyectos, primero su altísimo costo, segundo, una penetración a la selva pura que sería un riesgo por los recursos naturales, otra, que se escuchaba era para no darle facilidades al narcotráfico, y aún otra más, para evitar el desplazamiento hacia nuestro país de las Farc (guerrilla colombiana que hacía sus apariciones en la frontera del Putumayo). Un argumento soterrado más inverosímil que otro.
En definitiva, nos hace tanta falta gobernantes con visión de desarrollo, que no estén pensando en la inmediatez de un “voto” que lo que haga o no haga populistamente pueda favorecer las preferencias en la próxima elección, aunque ahora no hay reelecciones inmediatas, ya se habla de cuando pase un periodo más. Y es que siempre hemos tenido las cartas sobre la mesa y a partir del canon petrolero, también tuvimos los recursos suficientes, pero nadie acertó con visión de desarrollo.
Loreto tiene su razón de ser en la naturaleza amazónica y en lo que pueda aprovechar de ellas de manera sostenible, sin depredar, creándose las condiciones normativas (que existen) para no hacer un uso y abuso de los recursos del bosque, aunque actualmente existe una Ley Forestal que requiere vitales modificaciones a favor de la actividad forestal en Loreto, en lo cual ya vienen trabajando.
Si somos una región netamente bosquesina, nuestro error en conjunto ha sido no potenciar ese sector a través de instancias como la Dirección Regional de Agricultura y las decenas de organizaciones vinculadas a la actividad agraria y forestal, incluyendo los planes turísticos.
Sin embargo, estas entidades son como la “cenicienta” de los gobiernos de turno, con exiguos presupuestos. Si no fuera por la lucha indígena no habría el compromiso de los 3 millones de soles para titulación (falta transferirse un poco más de un millón). Falta lograr que también se asignen los montos necesarios para la habilitación de varias carreteras en Loreto, lo que nos permitirá sentar una base importante del desarrollo en esta parte de la Amazonía de nuestro país.