Más respeto

El emblemático cementerio San Miguel Arcángel está descuidado. No hay limpieza, los ambientes dejan mucho que desear. Nos imaginamos que los encargados de este cementerio no conocen la importancia histórica que encierran sus tumbas.

En ese  terreno están enterrados quienes hicieron de este pueblo una ciudad, aquellos hombres y mujeres que destacaron en sus ocupaciones, quienes nos legaron sus obras literarias y musicales que en el pasado más reciente fueron los conductores del periodismo, esos hombres y mujeres que hicieron de la radio y la televisión instrumentos de comunicación, educación y cultura, y esos hombres y mujeres anónimos que hicieron de Iquitos una ciudad respetable con la fundación de sus familias, con la educación ofrecida a sus vástagos que hoy muestran a sus descendientes con orgullo.

El San Miguel Arcángel no es un cementerio de quienes no tienen el suficiente dinero para llevar a sus difuntos a otro donde se demuestra cierto poder económico. Al contrario, en éste está toda la riqueza de aquellos quienes forjaron un pueblo grande llamado Iquitos, no solamente a través de ellos,  sino gracias a sus descendientes que supieron honrar el trabajo de sus antecesores.

Pero, esta nota nos lleva a pedir un mejor mantenimiento de lo que debería ser un espacio agradable, donde los visitantes sientan la paz espiritual y no el repugnante hedor de residuos orgánicos de los visitantes que deberían considerar que no están en un urinario público.

Esperamos que estas palabras escritas lleven a quienes tienen a su cargo el cementerio a desarrollar una estrategia de información y concientización de cómo mantener y comportarse en un lugar sagrado.