Es y será por un tiempo desconocido una constante la subida y bajada de los casos de Covid-19 y sus variantes, así como lo fue en su momento el dengue clásico, el dengue hemorrágico, dengue con manifestaciones hemorrágicas, y otras clasificaciones.
Nuestra región en las últimas horas ha sido reportada nuevamente como zona de Alto Nivel, reportado por la DIRESA debido al incremento de casos que se vienen registrando en los hospitales, además de la lista de espera para lograr una cama UCI.
El tema de salud es muy serio, y necesariamente tendremos que estar en permanente cuidado por Dios sabe cuánto tiempo más, y depende mucho de nosotros que las estadísticas se detengan, pero ya sabemos que hacemos todo lo contrario a las recomendaciones.
Lo que es más sorprendente es que muchas personas y familias enteras celebran fiestas, parrilladas, reuniones por diversos motivos ocasionando aglomeraciones y no se escandalizan, les parece normal juntarse para estas actividades en plena pandemia.
Y sorprende aún más que cuando les hablan de que los estudiantes deben asistir a la escuela por unas cuantas horas y dos a tres días a la semana, lanzan el grito al cielo y se acuerdan de la pandemia para “impedir” que se restituyan las clases semipresenciales y presenciales con los cuidados de bioseguridad que el caso amerita.
Claro, que no son todas las personas que piensan lo mismo, existen muchos integrantes de familias centrados y que están decididos a seguir la vida con cuidados y reactivando tanto las actividades económicas, como las actividades académicas.
Por supuesto que también tenemos derecho a la diversión, pero con los cuidados del caso, sin las aglomeraciones como si nada pasara. Tenemos que ser más responsables con nuestra vida y la de los demás. Bastante dolor ya tuvimos y seguimos teniendo. Solo darnos una oportunidad de actuar con sensatez y enseñemos como adultos a nuestros menores de edad, las prioridades en la vida.