LEY DE CONSULTA PREVIA. Muerto el perro… ¿Qué será ahora del hortelano?

Por: Luís Roldán Ríos Córdova      rioscordova2010@hotmai.com

Bueno, estamos en pleno jaraneo celebrando la Ley de Consulta Previa, habrá que esperar a ver cómo viene la torta de la reglamentación antes de embriagarnos de alegría.

No cabe duda, tenemos que felicitarnos por la aprobación de la ley de Consulta Previa, herramienta legal muy esperada para defender los intereses ambientales y territoriales de las comunidades indígenas convirtiéndolo en un instrumento eficaz a través del cual podrá opinar, negociar y decidir sobre el uso y manejo de los recursos y sus espacios territoriales.

La aprobación por unanimidad le da un color a consenso, un olor a derecho y un sabor a justicia. Desde ya le dará decisión sobre el destino de su entorno a un sector históricamente tratado con indiferencia y menosprecio, que teniéndolo todo no es dueño de nada.

Esta ley de Consulta Previa que se fundamenta en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo firmado por el Perú  y ratificado mediante Resolución Legislativa No. 26253 del año 1993, está diseñada para que el gobierno consulte a las comunidades cada vez que éstas prevean medidas susceptibles de afectarles directamente.

Según la OIT, debe aplicarse a los pueblos tribales, cuyas condiciones sociales, culturales y económicas les distinguen de otros sectores de la colectividad nacional y que están regidos total o parcialmente por sus propias costumbres o tradiciones o por la legislación.

La ley de Consulta Previa, intenta que el diálogo y el consenso entre el Estado y la población sean realmente las bases de la justicia con las comunidades indígenas, por lo que espero que no sólo la letra, sino, también la música suenen bien en los oídos de estas poblaciones permanentemente lastimadas por la modernidad.

Aquí habrá que hilar fino, toda vez que una es la concepción de riqueza y desarrollo occidental, y otra es la concepción de riqueza y desarrollo de los pueblos indígenas; así como para los occidentales el concepto de territorio es uno y otro es para los indígenas. ¿Se va a respetar eso?  No tengo buena espina.  El asunto es que el derecho que esta ley otorga a los pueblos indígenas no considera, bajo ninguna circunstancia, el derecho de veto, en consecuencia la Ley sólo obligará al Gobierno a consultar pero no a hacerle caso a la consulta, sobre todo si los intereses indígenas y occidentales entran en conflicto. De ahí viene mi temor. Habrá que tener extremado cuidado para que la Ley de la Consulta Previa no se convierta en instrumento legal del abuso cuando el peso de los intereses internacionales se vea amenazada por la voluntad de los consultados. ¿Quiénes garantizarán de que las cosas no vayan por ahí?

Por otra parte. ¿Están preparadas nuestras nacionalidades indígenas para no ser manipuladas por dirigentitos de toda laya que van a aparecer como por arte de magia?

Podrían enfrentarlos entre indígenas por divergencias de intereses dentro de una misma nacionalidad o en caso que las mineras o petroleras necesiten explorar sobre territorios de dos o más nacionalidades, ¿Qué pasará cuando una quiere y la otra no? Habrá que estar preparados para estos casos.

Bueno, dirán algunos, tampoco vamos a partir por ahí. Claro, pero en aras de la confianza y la buena fe, es bueno tomar previsiones.

 

Espero que la reglamentación de la ley tenga en cuenta estas realidades; pues, si queremos ejemplificar, está el concepto de dinero vinculado a la felicidad en la cultura occidental, mientras que en las culturas indígenas la felicidad está vinculada a la salud ambiental y generosidad alimentaria de su territorio.

Si el Gobierno Central está decidido a llevar adelante un proyecto de exploración y explotación en territorios indígenas, consultará para cumplir la ley, claro que sí, pero dudo que los intereses de los indígenas amazónicos y serranos estén por encima de los intereses extranjeros y del Gobierno Central con todo la carga de concepto que cada quien tiene sobre lo que significa el territorio, la propiedad y el desarrollo.

¿Realmente van a poder decidir los pueblos indígenas?

Ojo que decidir significa que también podrán decir no, que en la práctica es el veto que esta ley no le otorga a la comunidad indígena consultada. Entonces, ¿Para qué la consulta?  Pues para decir sí, a cambio de….Aquí vendrá el espejito dorado, el aretito brillante y multicolor; para algunos dirigentes, la prostituta gringuita, para otros una casa en Lima; tal vez sólo un par de botellas con cintita plateada o quién sabe un paquetito con cantidades impresionantes, aunque poco, pero nunca visto… Para la población, ¿una posta médica, una escuelita, un puentecito, víveres y algo más?  Si esto no funciona cuando algunos dirigentes y comunidades indígenas, dado el histórico abuso del desarrollo, se niegan a aceptar. ¿Estará un Estado históricamente abusivo, dispuesto a perder peso ante la voluntad de los indígenas pobres y humildes?

Los vencidos opositores del gobierno, local y nacional, para variar, estarán al acecho de cualquier ocasión para azuzar a los indígenas con intenciones poco santas, seguramente, haciendo de ésta ley una oportunidad de lucha y no un instrumento de diálogo.

Ya pues. Roldán sólo dice, dice y dice… ¿Qué propone?

Bueno. El Gobierno Central tiene que dar a conocer ampliamente los alcances de esta Ley a todas las comunidades indígenas a través de sus organizaciones como Aidesep (Asociación de Indígenas para el Desarrollo de la Selva Peruana) Conap (Confederación de nacionalidades amazónicas del Perú) y demás organizaciones indígenas de la región para capacitarlos en el uso de los derechos que le otorga la referida ley, así como sus limitaciones al respecto para evitar la manipulación.

Pero, ¿Quién lo va a hacer, es decir, quienes van a ser los capacitadores?   Pues se supone que si la ley es para defender a los indígenas es porque alguien los agrede de lo contrario la ley no tendría sentido. Sin lugar a dudas los agresores son: el capitalismo, los no indígenas, la modernidad, el desarrollo, o sea, nosotros, los acomodados al sistema.

¿Dónde se ha visto que los agresores le dicen a las víctimas: «Mira, te doy ésta arma y lo van a usar de esta manera en mi contra»?  ¿El amor a la patria? ¿Cuál patria? Si la patria se maneja desde Lima.

¿Podría ser la Iglesia? ¡Ave María! Si ellos son parte de nosotros, están donde está la plata.

¡Puñales! ¿Entonces?  Tal vez podría ser la solución dejar que el tiempo lo diga. No sé. Ayúdenme los que ya usaron su cerebro. Yo lo sigo teniendo nuevecito.