Las contradicciones del alcalde de Espinar y de los anti todo

Por: Juan Soregui Vargas

El año próximo pasado, el alcalde de Espinar, una localidad del Cuzco, salió a las calles a protestar en contra de la minería. No a la minería exclamaba en todos los idiomas, acompañado de pobladores, quizá desinformados que el gran presupuesto que recibían en la provincia era proveniente del canon minero.

Ahora, un año después de decir no a la minería, sale a exclamar que aumenten el canon minero. Por la santa María Virgen, por Jesucristo crucificado y por todos los santos, no se entiende al señor alcalde de esta zona, gran seguidor del padre Arana. ¿De dónde, pues, le van a aumentar el canon minero, si por un lado no quiere nada de minería? Ahora ya no va a protestar por no a la minería, sino por un aumento del canon minero. Vaya Usted a entender a estos señores que han vivido y comido del sistema que tanto fustigan.

Lo que sucede es, que como todo el mundo y en todo el orbe donde se practica una minería y explotación de petróleo de manera responsable con el ambiente y con justicia social, el señor se ha dado cuenta que ninguna revolución social, económica, ambiental e ideológica se puede hacer sin dinero. Todas las revoluciones han tenido necesidad de dinero. Es el caso de Den Xiao Pin, el que expresó: no importa de qué color sea el gato con tal que cace ratones, refiriéndose a las inversiones en China. Y, desde entonces, en ese país considerada una de las más desarrolladas  han ingresado cuantiosas inversiones extranjeras y han ejecutado todo tipo de industrias para ponerlas en el mercado internacional, sin renunciar a sus tradiciones y restaurando el ambiente en donde han trabajado.

¿Eso no se puede hacer aquí? Claro que sí. Se puede hacer una industria petrolera que tenga el más mínimo impacto negativo.  Lo mismo que la palma aceitera, sin depredar el bosque. En un reciente estudio hecho por investigadores del IIAP y de las universidades, han encontrado en la carretera Iquitos – Nauta miles de hectáreas para la siembra de palma aceitera sin depredar el bosque. Son zonas ya deforestadas, parecen los páramos que ilustra Juan Rulfo en sus relatos. ¿Qué hacer en estas zonas? Recuperar los bosques, que costarían miles de millones de dólares, porque no solo es sembrar árboles y arbustos, la reforestación tiene todo un proceso cultural que requiere de plata: siembra, abonamiento, cultivo de hierbas, mantenimiento y eso, ¿Quién lo pone? Las ong, los que dicen no a todo?  La otra alternativa es la siembra de palma aceitera con todo el respeto al ambiente y con justicia social, incluso, comprometiendo a las empresas a reforestar lo que ellos no han desertificado. ¿Cuántos de nuestros jóvenes trabajarían acá? Miles, no solo los productores o transformadores, sino los ambientalistas, los ecólogos, los biólogos, los, sociólogos, los economistas. O ¿quieren que se dediquen a la fabricación de droga?

La otra contradicción de nuestros imitadores del alcalde de Espinar es decir no al petróleo. Muchos de los que exclaman esto, han vivido de este elemento. Han comido y bebido de él, mediante consultorías, asesorías, convenios de piscicultura, etc. Pero dejando de lado este fenómeno de hipocresía, les preguntamos ¿cuál es la alternativa inmediata para reemplazar al oro negro? Díganselo a los 40,000 motocarristas y sus familiares, a los motociclistas, a los alumnos del Senati, de los tecnológicos de Requena, Nauta, etc. Expliquen eso a los hospitales, al pueblo que se abastece de energía eléctrica proveniente de una planta que utiliza petróleo.

Mi propuesta es, continuar con la explotación petrolera, utilizando toda la tecnología para prevenir, restaurar y si acaso una empresa trasgrede las normas ambientales que le sancione y que se le obligue a reponer el ambiente. Existe en el mundo miles de tecnologías para hacer una industria limpia. La otra propuesta es que se realice el cultivo de palma aceitera en zonas deforestadas por la agricultura migratoria, de una manera moderna y con justicia social. En tanto formemos un comité que prepare un plan de actividades de desarrollo sostenible para Loreto y con la plata bien utilizada de estas dos actividades se diversifique las actividades económicas en turismos, en productividad. No seamos tercas como mulas o tercos como mulos (el macho de la mula)

La cantidad de estudiantes de nuestras universidades y tecnológicos y de todos los sitios serían los beneficiados. Ya he demostrado hasta la saciedad de una u otra manera que en vez que los habitantes de estas zonas consideradas contaminadas destructivas, no se han extinguido, al contrario han aumentado. Espero que mañana en el auditorio del colegio San Agustín, no utilicen aire acondicionado y ventiladores, no ven que estos aparatos funcionan con energía eléctrica proveniente de una planta que utiliza petróleo. Y, esperamos que los invitados no consuman alimentos provenientes de cocinas que utilizan gas, no ven que proviene del gas contaminante y destructivo. Y, a los invitados de otros sitios no los transporten en autos, ni en motocarros, que caminen, no ven que los autos y motocarros utilizan gasolina derivado del petróleo. A ver dizqué sin son coherentes con lo que predican. Vamos a  estar ahí filmando si llegan en motos, autos, motocarros, etc.