La industria del reciclaje

Existe una ley humana y bíblica: No hay por mal que por bien no venga. Hace 30 años cuando aparecieron los envases de plástico tipo PET en nuestra región amazónica, las personas y los ambientalistas, con alguna justificada razón, pusieron el grito en el cielo por esta terrible contaminación al quemarse los plásticos en los botaderos. Pero, la gente y los ambientalistas continuaban utilizando las bolsas y botellas de plástico sin encontrar el remedio necesario para disminuir este tipo de contaminación.

En el 2000, nosotros propusimos dos cosas: la primera formar empresas recolectoras de estas botellas  enteras y con tapas  para hacer acuarios y terrarios en donde los niños podrían aprender a manejar espacios pequeños de ecosistemas. Probamos o experimentamos con varios peces ornamentales y su resistencia a sobrevivir en estos acuarios y en los costados habían plantas ornamentales. La idea era que los niños aprendieran a cuidar estas plantitas y pececitos, dándoles de comer, limpiando sus acuarios. Todo era con material desechable. La otra cosa, después de hacer un experimento con mi cuñado, fue la de proponer a las autoridades y empresarios formar una empresa que recolectara todo el plástico de la ciudad para fundirlo y luego transformarlo en bandejas y pelotas  y otras cosas que volverían a ser usadas y luego recicladas.  Llegó una doctora originaria de Moyobamba, la señora Albina Ruíz y con una tenacidad increíble, formó una sociedad que se llama ciudad saludable, y uno de sus puntales es la formación de empresas rentables con el reciclaje y posiblemente otras actividades con los desechos. Ganadora de varios premios internacionales y asesora de muchos proyectos en el mundo, uno de ellos es en la India. Conversando con ella por este medio, nos ha informado que los desechos de la tan temida palma aceitera en India y Malasia vienen siendo reciclados en platos y vasos biodegradables. Algo estupendo, ya que además del aceite que nosotros usamos está generando una gran industria para mejorar la calidad de vida de los recolectores de estos desechos que no están en este tipo de empresas. Pero hemos averiguado por internet que estos desechos están siendo empleados en experiencias de producción de energía eléctrica en pequeña escala que se podía utilizar en nuestros pueblos amazónicos. Existen informaciones de gran credibilidad, que en las universidades de la India  se ha preparado una crema en base al aceite de la palma  y está en prueba para proteger de los rayos solares y prevenir el cáncer.  Sería bueno, que los ingenieros y biólogos y químicos de la UNAP, tomen estos datos como referencia y podrían conseguir algo de la palma  como protectora de la piel. Lo mismo que en el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana-IIAP, donde existen mentes  innovadoras. Sería una gran noticia que en la Amazonía se encuentre un producto que prevenga el cáncer provocado por los rayos solares con el aceite de la palma aceitera.

Por otro lado, se conoce que las palmeras, en este caso, en menor cantidad que los aguajales, son grandes captadores de  dióxido de carbono y de oxígeno para las cuestiones de calentamiento global y una plantación  de palma de espino sería una panacea ayudado por nuestros aguajales para la adaptación al cambio climático, mejor que los árboles de humarí. Es decir, la palma aceitera es una bendición de Dios para la Amazonía y el mundo, demostrado científicamente.

¿Cuál es el miedo que han metido los ambientalistas que dicen no a todo? Que vamos a deforestar. Eso no es cierto. La gente de la chacra, de Tamshiyacu y otras regiones, no quieren eso. Lo que quieren es utilizar terrenos eriazos, purmas que ya no dan más y otros espacios de sus parcelas agrícolas, con respeto al ambiente, con justicia social, buscando ingresos mediante un trabajo legal, reciclando y produciendo productos para la protección de la piel. El IIAP ha realizado una micro ZEE y ha encontrado más de 100,000 hás. deforestadas por la agricultura migratoria y antes de hacer los cultivos deben  hacer un inventario, y árbol que botan tienen que reponerlo, tienen que hacer su Estudio de Impacto Ambiental, donde trabajarían miles de jóvenes egresados de diferentes carreras para monitorear los impactos ambientales y su restauración. La propuesta, personal, es   hacer estos cultivos con respeto al medio ambiente y, además, del cacao, esos productos quieren los europeos y países ricos. Uno cuando produce es para vender y eso están haciendo los awajún en las zonas del norte. Aprovechemos la oportunidad de este negocio que quieren los europeos, después de 20 años pasa el boom y querrán otras cosas y nosotros ya habremos diversificado nuestra economía. Que los parceleros amazónicos tengan la oportunidad de ser gerentes de sus propias empresas rentables. La pregunta de cajón: ¿Acaso la zona del Manití y donde el tigre Silfo Alván iba a comprar la planta está deforestada, devastada, contaminada, etc? No, se encuentra restaurándose y existen cualquier cantidad de animales silvestres y peces en grandes cantidades para la comida de las personas y todas sanas.

No llegó a funcionar, tengo información no por los ambientalistas, sino por pujas en los precios. Si hubiese funcionado esa planta hoy seríamos consumidores de lo que producimos y exportadores y fabricantes de platos y vasos biodegradales y posiblemente con cremas para la protección de la piel. Es decir, una gran industria del reciclaje, de alimento y de medicina. Mantengo mi propuesta de hacer estos cultivos,    restaurando todo lo que se afecte y con crecimiento social, económico  y respeto al ambiente (Lincoln Cornejo Sifuentes, libro). ¿Cuál es la otra alternativa para nuestros jóvenes? El narcotráfico, la delincuencia  y el oprobio de la pobreza.