Estábamos cómo adormecidos de lo que todavía viene ocurriendo en Ucrania y Rusia, dónde miles de seres humanos entre civiles y militares han perdido la vida y centenares de huérfanos nos parten el alma de la impotencia, para revictimizarnos como sociedad pacífica el nuevo enfrentamiento Palestina e Israel.
El ataque lo inició palestina sorprendiendo a un Israel con su alto nivel en tecnología de seguridad, mostrando a primera vista un descuido en sus fuerzas de seguridad, aunque se habla de traiciones y otras hipótesis del impensable ataque que sufrieron varias zonas de Israel en simultáneo y en una fecha festiva, un golpe muy duro que ha involucrado a la población civil de forma despiadada, aunque la contraofensiva puede ser igual o peor hacia el lado palestino como se viene deslizando y evidenciando.
Sin duda es una guerra declarada de la “noche a la mañana” por la gravedad de la incursión como nunca antes había sucedido en el marco del enfrentamiento bélico por la franja de Gaza, un tema por demás complejo de reclamos territoriales eternos y tensos, sin hasta la fecha una solución definitiva.
El terror se ha sembrado nuevamente y en estas horas sigue la incertidumbre, temor, dolor, tristeza, impotencia y llanto, entre la población civil de ambas naciones, e incluso turistas, aunque la protección israelí hacia su población es también de sumo cuidado, aunque esta vez tuvo un quiebre.
Y desde Iquitos también sentimos dolor por los amigos que se fueron y están pasando toda esta pesadilla y desde acá deseando que termine pronto y vuelva la paz a Israel y Palestina, aunque paz que se diga total no había, siempre de cuando en cuando un estallido que terminaba siendo controlado sin mayores sobresaltos.
Aquellos amigos con los cuales en algún momento hace más de quince años compartimos la invitación de ir a vivir en aquellas tierras santas por la historia cristiana, aunque allá los fieles son muy pocos, finalmente no se hizo el viaje casi soñado.
Es así que en diversas ciudades de Israel viven decenas de paisanos loretanos por quienes rogamos a la divinidad que los proteja y en general que termine lo más pronto este nuevo enfrentamiento que entristece al mundo y que nos reafirma lo absurdo de las guerras. Sea el Dios que tengamos, Adonai, Cristo, Alá, etc., roguemos para que ya se ponga fin a esta guerra y la paz acoja a las naciones.