Exigió mayor seriedad y celeridad en el trabajo de la construcción del puente Glenda Freitas. Eso hizo el alcalde distrital de Punchana, Abog. Euler Hernández, cara a cara con el empresario constructor a quien le dieron un adelanto millonario por la obra.
Se supo que actuó de manera enérgica y responsable para exigir el cumplimiento cabal del contrato y la conclusión inmediata de la obra. Casi le dice en todos los idiomas al empresario Ing. Miguel Méndez, por el retraso de la obra.
El alcalde Hernández ha dicho al salir de la oficina del empresario constructor que está muy preocupado por el avance del puente, “comprendo la molestia de los vecinos y por eso esperamos que pronto se concluya la obra”.
Por momentos sugiere un clamor, aunque advirtió que de no avanzar la obra no autorizará ningún pago de valorizaciones. Es un arma que tiene la autoridad, evidentemente, pero eso puede ser también relativo, porque si van a un arbitraje, sabido es que el Estado (municipalidad de Punchana, en este caso), generalmente siempre pierde, según comentarios de entendidos en el tema.
Pero, qué ha dicho el constructor? Ha reconocido solo cierto retraso en la obra, cuando se conoce que ya debió terminarlo. Le echó la culpa a las inundaciones y a las inclemencias del tiempo, pero reiteró que la culminación de la obra está garantizada.
Eso es lo que espera no solamente la población de Punchana, sino toda la ciudad de Iquitos, y se espera que el constructor cumpla con su palabra. Y es que hemos visto casos como la plaza 28 de Julio que está en arbitraje y no se sabe nada, la obra del alcantarillado y no se sabe nada, el mercado Modelo y no se sabe nada.
Que el Puente Glenda Freitas no pase a un arbitraje, es el deseo de todos, ya que después no sabremos cuándo culminará el mismo y quedarían fierros como después de un bombardeo.
Y nos seguimos preguntando cómo es que el sistema de las obras públicas no puedan establecer reglas de juego donde no sea el Estado el perjudicado, ante incumplimientos cuyos argumentos parecen absurdos, más aún cuando hay una fuerte suma de dinero como adelanto. Esperemos que la obra concluya.