DESPEDIDA

“No tomes la distancia como ausencia,
tómala como una prueba para fortalecer los abrazos que no podemos darnos”
EL MUNDO DE AFUERA
JORGE FRANCO

 

 

CÉSAR SANCHEZ ARCE
Estimado lector, solicito su amable licencia para ocupar este espacio con una nota personal y es que no puedo irme de Iquitos sin dejar un breve testimonio de mi paso por esta ciudad que me acogió hace exactamente 26 años y medio, cuando en setiembre de 1989 llegué para hacerme cargo de la Gerencia General de Iquitos Honda, hoy Mavisa.
Ha sido un largo tiempo que parece  haber  pasado raudo, pero que ha marcado mi vida y la de mi familia; y es que no podía haber sido de otra manera cuando sientes que has vivido en un lugar tan especial, con gente cariñosa, alegre, simpática, espontánea, amiguera y de mucho esfuerzo, orgullosa de su manera de ser y de sus costumbres; un lugar que nos brindó tanto, especialmente trabajo, desarrollo personal y entrañables amigos.  Al partir, los únicos que hoy quedamos en la ciudad de la familia que llegamos, mi esposa y yo, pues los hijos partieron antes siguiendo su propio camino, sentimos que gran parte de nosotros  quedará por siempre en esta tierra bendita que aprendimos a querer; nos llevamos en la memoria los rostros y la voz de todos aquellos que formaron parte de nuestro diario vivir: ex compañeros de trabajo, conocidos, personas que nos brindaron su apoyo con sus servicios; pero en especial nos llevamos grabados en el alma a nuestros  queridos amigos con quienes compartimos el discurrir de nuestras vidas y que fueron, seguirán siéndolo, nuestra gran familia. Nuestro recuerdo permanente y oraciones por los queridos amigos que un día partieron al encuentro del Señor y que en su momento formaron parte de nuestra vida diaria o institucional.
Tuvimos la suerte de formar parte de varias instituciones, pero sin ninguna duda es el Club de Leones de Iquitos la institución que más queremos porque ahí encontramos amigos que han sido realmente nuestros hermanos y porque nos dio la oportunidad de hacer algo por nuestros semejantes. La extraordinaria despedida que nos ofrecieron testimonió el fraterno cariño que nos profesamos los Leones. Por todo esto estaremos eternamente agradecidos.
Aunque vamos a estar un poco lejos físicamente, seguiremos teniendo  mucho interés por  lo que suceda en Iquitos, como le ocurre a cualquier hijo que se ausenta de su tierra; y regresaremos  cuantas veces nos sea posible; abrigamos la esperanza que el destino le depare autoridades dignas y eficientes que la recuperen de los males que la aquejan y que logren ubicarla en el lugar que nunca debe perder como la ciudad más importante de la amazonía peruana. Su gente se lo merece y el país  lo necesita.
Un agradecimiento especial a este Diario que me permitió expresar mis opiniones con la mayor libertad y que espero será un medio de estar en comunicación con sus lectores, cuando haya algo qué decir sobre sucesos regionales y nacionales.