Desorden en la ciudad

Un verdadero desorden es el que reina en la ciudad. A la gran cantidad de huecos en las deterioradas pistas, que no hay cuándo sean resanadas o re empistadas,  hay que sumar la presencia de ventas ambulatorias, espacios de venta de comidas y hasta talleres de mecánica, enllantadoras, etc, en las veredas, lo que ocasiona malestar en los peatones que tienen que bajar a la pista para seguir su camino.
La autoridad municipal está en la obligación de mantener el orden en la ciudad. Así como se quiere que se respete el paso de los peatones en las pistas, así también deberíamos ver la situación de esos puestos de venta instalados en todas las veredas de la ciudad, cosa que no estamos exagerando.
Es más, hay un caso en que los propietarios de una anticuchería, han tomado la vereda y parte de la pista para instalar sus mesas y vender sus comidas, sin que la autoridad municipal proceda a sancionarle.
De que estamos viviendo en un estado caótico nadie lo puede negar. No hay voluntad ni menos vocación por servir al vecindario con un ordenamiento de la ciudad, con hacer cumplir las ordenanzas municipales.
Ni qué decir de la limpieza pública, que ha tomado las calles con sus basurales esquineros y con las bolsas regadas por la pista, producto de la acción de los perros callejeros.
Al iniciar este segundo año de gestión, las autoridades municipales deberían ponerse la mano al pecho y hacer un mea culpa, tomando para sí la promesa de trabajar por el bienestar ciudadano, desplegando un accionar mancomunado para solucionar los problemas que nos aquejan a todos, por igual.