Descentralizar ministerios

Existen ministerios en nuestro país, así como instituciones cuya área operativa está muy distante de sus instalaciones administrativas, logísticas y otros, desde donde deciden qué hay que hacer en el campo, vale decir en la práctica de sus operaciones, cuyos resultados determinarán su operatividad o no.
Qué logros reales y útiles puede tener una oficina ministerial, con todo su aparataje de administrativos, profesionales, técnicos y otros especialistas, cuando para tomar decisiones acuden a los lugares que van a afectar, solo por unas horas o días, y en base a esas apreciaciones poco asertivas, regresan a sus centrales, y toman decisiones.
Esto se puede constatar en sectores como el forestal, donde hasta ahora no se tiene el éxito deseado, ahí están los resultados de la casi desaparición de maderas finas, duraderas, nobles, bellas, como el cedro y la caoba, y los planes de reforestación siguen siendo conceptos de escritorios que no cumplen objetivos trazados.
Y en esa línea de hacer algo, el gobierno regional de Loreto ha creado recientemente la Gerencia Regional Forestal, que según se conoce se viene preparando en las oficinas del ARA, donde también se conoce que poco pueden hacer en términos de mejora de las actividades forestales, porque tienen un presupuesto exiguo. Y de lo que recaudan les llega poquísimo. La mayor parte se quedaría en la oficina de Lima.
Con esa dependencia centralista de sectores claves para el desarrollo en Loreto, seguiremos siendo mendigos sobre nuestra riqueza y mirando como la saquean sin poder hacer mucho. Si se creara un Ministerio o Vice ministerio Forestal y de Fauna Silvestre o algo parecido, con sede en Iquitos, con todo su aparataje y presupuesto, incluyendo lo que se genere como recursos propios, pensamos que estaríamos en una mejor ruta hacia nuestro desarrollo real. Siempre bien supervisado, por supuesto.
En ese sentido, también el Ministerio del Ambiente o uno de sus Viceministerios, tendría que estar en Madre de Dios, una de las zonas amazónicas más devastadas del país por la contaminación aurífera. Otra oficina en Pucallpa, San Martín, etc. Todas las oficinas con las mismas facultades, como si estarían en Lima. Seguro las decisiones serían más rápidas y efectivas.
Los amazónicos somos más del 60% del territorio nacional, con una realidad muy especial y vulnerable al saqueo de sus recursos con financiamientos devoradores de inversionistas nacionales y extranjeros, sin los escrúpulos necesarios para un aprovechamiento sostenible, respetando los intereses regionales.
Otra fórmula sería adecuar a nuestra realidad lo que hace Estados Unidos, cuyas ciudades han desarrollado por un sistema político-administrativo que solo en proporciones necesarias, las hace dependientes de un gobierno central. Lo tienen claro, hay cuestiones de interés nacional y otras jurisdiccionales (regiones, estados federados, u otro nombre) que se tienen que impulsar, cada uno en su ámbito.