CULPABLES NO, RESPONSABLES SÍ

Por: Jorge A. Schmidt Álvarez caballoblanco_jasa@hotmail.com

 

En la vida cuando hay problemas muchas veces lo que buscamos es un culpable, alguien a quien indicarle, con críticas el origen del problema, y posteriormente sancionarlo, sin embargo se ha logrado algo con ese acto o con esa situación se ha logrado mejorar al trabajador, a la organización o finalmente salvar la situación,  la respuesta firme y contundente es No. Lo que se ha logrado es generar un clima de inconformidad dentro del trabajo, una sensación de que algo está fallando o peor que de ahora en adelante tengas un trabajador atemorizado, enmudecido, y con una estima baja, con miedo de tomar decisiones o con una incapacidad a situaciones futura.

 

Sin embargo, cuando se busca un responsable, es para preguntar qué fue lo que ocurrió, para tener un punto de partida, es indicarle qué cosa se puede hacer para mejorar el problema o solucionarlo, es buscar una retroalimentación del trabajador, de la oficina y hasta de la organización.

 

Siempre que hay un problema se debe buscar a la persona responsable e inmiscuirla en el proceso de solución, para que él sienta que las cosas pueden mejorar, que él no está siendo castigado, sino está siendo parte de la solución.

 

Buscar siempre a quién echarle la culpa de todo lo que te pasa en la vida, intentar culpar a otros, a las circunstancias, a la suerte (buena o mala), o al destino, no te solucionará nada. Hazte responsable, toma en tus manos las riendas de tu propia vida, tú puedes mejorar tu calidad de vida si realmente te lo propones.

 

No critiques. Perdona, el rencor es una pérdida de tiempo y terrible para tu salud. Sé comprensivo con la gente. Sobre todo, no pierdas las verdaderas amistades ya que son un tesoro.

 

Comprender a los demás: percibir los sentimientos y perspectivas ajenas, así como interesarse activamente en sus preocupaciones. Ayudar a los demás a desarrollarse: percibir las necesidades de desarrollo de los demás y fomentar sus aptitudes. Orientación hacia el servicio: prever, reconocer y satisfacer las necesidades de toda persona. Aprovechar la diversidad: cultivar las oportunidades a través de diferentes tipos de personas. Todo esto que acabo de mencionar se resume en una sola palabra, EMPATÍA. La empatía es la habilidad para entender los estados emocionales de otras personas, sus sentimientos, necesidades e intereses.

 

Pensemos que los procesos de falla y error son comunes, y que estos deben tener una finalidad, convertirla en parte de nuestra mejora, no como una fuente de destrucción de la organización, del clima laboral o finalmente de llamada de atención o despido a un trabajador.

 

Por último, si una vez elegido un camino al recorrerlo descubres que estabas equivocado, puedes cambiar y rectificar rumbos y así no continuar por un camino que te puede hacer infeliz. Gracias por leerme.