Las denuncias de los padres de familia de alejados caseríos de nuestros pueblos amazónicos, referentes a la inasistencia del maestro, pero que cobra a fin de mes, del mismo preceptor que apelando a un certificado médico falso, fraguado en complicidad con un médico inescrupuloso, donde se dice que el fulano está enfermo y que necesita atención médica especializada que tiene que recibir en la ciudad, siempre han caído en saco roto.
La denuncia pública acogida por un telenoticiario no pasa de eso. Ahí queda. No hay proceso administrativo alguno, o no había, que sancionara al mal maestro, que en lugar de estar dictando sus clases a los niños que viven lejos de la ciudad, disfrutaban de un cargo que no ejercían pero que a fin de mes les daba sus dividendos.
La Resolución Ejecutiva Regional No.- 171, promulgada por el presidente regional pone punto final a una de las más asquerosas de las estafas. Cobrar sin trabajar. Porque a partir de la fecha, maestro que no vaya a trabajar en su escuela, será controlado estrictamente.
Inmediatamente, el juez de paz, el apu o la Apafa, teniente gobernador o agente municipal, suscribirán el Acta de Certificación de Asistencia para hacerla llegar de inmediato a las autoridades de educación para que estos procedan a abrirle un proceso administrativo, que esperamos sea riguroso, porque con la educación de nuestros niños no se debe estar en manos de tramposos.
De esta forma se está garantizando que nuestros niños de la ribera reciban realmente la educación que les corresponde como a cualquier niño de la ciudad y por otra parte que los maestros asuman su compromiso y vayan a trabajar puntualmente en sus centros educativos.