Otra vez Pastaza

Las aguas del río Pastaza, desde hace más de 30 años que tuvimos conocimiento de su afectación por derrames de crudo de petróleo, cuyos habitantes de las comunidades indígenas y mestizas han venido sobreviviendo con promesas de mejoras en su calidad de Vida.
Cuando se hizo público del derrame de petróleo en la quebrada Capahuari, cercana a la comunidad Alianza Capahuari, sus orillas ya en ésa época mostraban la secuela del desastre por la contaminación ambiental, fuimos testigos de ello, y nunca nuestras retinas olvidan esas imágenes tétricas, que amenazan la vida.
Eran los inicios de los años 90 cuando ya en la comunidad indígena Alianza Capahuari, la OXI había instalado un pozo artesiano debido a la contaminación de su quebrada fuente de agua para su vida diaria no podía ser utilizada. Pero, duró poco tiempo y se malogró por falta de mantenimiento, nadie en la comunidad sabía cómo solucionar y la empresa conocía que estaban sin agua y no solucionaba.
Aquellos abusos se perpetraron a miles de kilómetros de Iquitos, la capital loretana, dónde nadie alzaba la voz por lo que estaba pasando en esa parte de su territorio y con paisanos que lo sufrían. Poco a poco fueron llegando más versiones y evidencias de lo que estaba pasando y que actualmente los llamados pasivos ambientales pasan los 2 mil.
La batalla es la remediación y ante un nuevo derrame ocurrido en estos días, sigue siendo el tema la remediación. Y por supuestos la respuesta inmediata en la atención a las comunidades afectadas, pero esto debe verificarse porque están distantes, aunque sus organizaciones indígenas deben estar atentas a los cumplimientos, en esta nueva emergencia.
Lo que están exigiendo los 10 pueblos originarios de las nacionalidades indígenas quechua y achuar, es la presencia de diversos ministros de Estado, por al parecer, esta nueva fuga de la tubería del Oleoducto Norperuano, ducto que en otras ocasiones se escuchó debe ser renovado, y su deterioro se evidencia en los derrames ocurridos desde hace unos 40 años.