Homenaje póstumo

Quizás sea parte de nuestra cultura, pero tenemos la bendita costumbre de reconocer los aportes de nuestros compatriotas que han destacado en diferentes materias de la vida, meses o años después de sus fallecimientos, cuando obviamente ya no están en vida, ni menos se enterarán que su talento y esfuerzo ha sido homenajeado.
Probablemente, muchos compatriotas que destacaron o destacan a nivel de sus regiones o a nivel nacional, e incluso que han pasado las fronteras peruanas, no estén obsesionados por ceremoniales en su honor o diplomas o regalos pecuniarios; sin embargo, la mínima gratitud por sus aportes debe ser en vida.
En esto hay mucho trabajo desde el Ministerio de Cultura que debe salir de sus escritorios desde Lima o encargara sus sedes regionales para investigar y sustentar bien un listado de personajes de la cultura local y regional que deben o merecen ser reconocidos en actos protocolares bien montados, con la debida solemnidad.
Hace poco en Iquitos estuvo la ministra de Cultura, Leslie Urteaga y entregó una especie de certificados a cantantes, autores, compositores, artistas plásticos, danzarines, entre otros, para integrar el Rentoca, que es el Registro Nacional de Trabajadores del Arte y la Cultura, pero no se ha explicado bien los procedimientos, preguntamos a algunos que comentaron que francamente no saben cómo empezar a utilizar su derecho de estar registrados.
Vimos a varios reconocidos artistas locales y regionales, que su música suena en muchas partes del país y del mundo, que por falta de una buena promotora musical no han trascendido a mayores, pero acá regionalmente están muy reconocidos por el público.
Es una buena iniciativa el registro, donde los artistas podrán presentar proyectos, pero necesitan conocer más sobre el trámite. Aparte de esta iniciativa, tenemos pendiente el reconocimiento desde el Ministerio de Cultura a nuestros exponentes del arte en sus diversas manifestaciones que han aportado regional y a nivel nacional. Están vivos y los queremos verlos brillar y emocionarse por sus logros.