Película de acción en Iquitos

Una escena digna de las películas de acción policial se observó ayer en el frontis del Banco Continental, ubicado en la calle Sargento Lores primera cuadra cuando nos encontrábamos a la altura de la vereda de la puerta principal.

Primero que nos llamó la atención ver un buen número de policías quizás unos seis, puesto que usualmente están unos dos efectivos más otro par de uniformados de alguna empresa de seguridad, a simple vista siempre observamos eso, pero esta vez había un movimiento diferente, estaban como en una tensa alerta y no era para menos.

Fueron cuestión de segundos lo que se escenificó, y vimos salir de la entidad financiera a un hombre con ojos muy abiertos, visiblemente nervioso con un empaque (obviamente era una fuerte suma de dinero) cogiendo con las dos manos y se puso junto a una motocicleta policial con dos efectivos con chalecos antibalas y muy atentos a su movimiento.

De pronto desde el otro lado de la pista avanzó un auto con lunas polarizadas, a lo que el hombre con el empaque decía en voz alta “abran, abran”, es decir abran la puerta, a lo que se abrió la puerta e ingresó, bajaron la luna del carro y una mujer se dirigió a los policías como dando indicaciones y se marcharon.

Fueron segundos de tiempo, como una película de acción, que las personas que estábamos en el área apenas pudimos reaccionar a lo que pasaba, puesto que podría haber sido un asalto, pero no, es la nueva forma de cómo la gente que mueve elevada suma de dinero está teniendo que protegerse de los asaltantes.

Así cada día que pasa y sin resultados en las investigaciones policiales, nos estamos convirtiendo en una ciudad altamente peligrosa e indefensa, donde el sistema de protección policial no funciona.

Menos funciona la posibilidad de colaboración con la policía militar y su aparataje de investigación no se puede utilizar, más sí sucede cuando el gobierno desde Lima decide que sí pueden actuar solo contra manifestantes violentos, y no contra la criminalidad y su mafia que compromete a civiles, extranjeros y a mismos miembros de la institución policial, manchando su honorabilidad. La corrupción en todos sus niveles y entidades nos sigue golpeando duramente.