Todos los 20 de noviembre se conmemora el “Día Internacional de los Derechos del Niño”, y a pocos días de esta fecha estamos pensando en qué medida las nuevas autoridades regionales y municipales están considerando a esta población dentro de sus planes a ejecutarse.
Esta conmemoración busca que todas y todos conozcamos los derechos de los niños y niñas, así como recordarnos la importancia de trabajar con el fin de lograr el bienestar de todos los niños y las niñas del mundo, nosotros por supuesto focalizándonos en nuestro país, región, provincias, distritos y pueblos que las conforman.
Vamos enumerando esos derechos: Enseñarles justamente cuáles son sus derechos (a lo que nosotros agregamos también sus deberes), Aprende a escucharlos y orientarlos, No ser indiferentes ante casos de niños abandonados o en situación de pobreza.
Así como: Darse un tiempo para disfrutar con los hijos, Interesarse en su educación y rendimiento escolar, En caso de emergencias deben ser los primeros en recibir ayuda, Denunciar casos de niños en mendicidad y explotación, y Muestra con tu comportamiento el amor, el respeto y la armonía en el hogar.
Siempre en campaña electoral se escuchaba decir que los niños y niñas son el futuro, y en nombre de ellos se hacía muchas promesas y cuando no estaba prohibido se tomaban fotos con los menores de sectores muy pobres de la ciudad, pero desde que no pueden sacar esas tomas en sus discursos no escuchamos el tema infancia.
Además, otro concepto que se corrigió es eso de que “son el futuro”, no señores y señoras de las alcaldías y gobernación, ellos y ellas son “el presente”, por lo que tienen sus necesidades básicas para ser tomadas en cuenta por las autoridades, porque asimismo lo exigen las leyes, pero hasta el momento no hay un mecanismo efectivo que de verdad los tome en cuenta.
En ese sentido, pasamos un dato importante a las y los alcaldes electos, que un grupo de especialistas estarán analizando los primeros 100 días de gestión por la infancia. Estaremos atentos a los resultados para saber cuántas autoridades son capaces de apostar por el desarrollo de nuestros menores de edad.