El contexto político nacional está todavía con el tema de vacancia. Comentarios de aquí, de allá y de más allá. Y es que todos tenemos algo qué decir, estemos o no bien enterados del embrollo de Odebrecht y la larga lista de investigados.
Como ya es de amplio tratamiento, la figura presidencial está afectada por este escándalo nacional y mundial, y pareciera que si bien el mandatario no fue vacado en el intento inicial, la procesión sigue por dentro y por fuera en el nivel de las investigaciones.
No está muy lejano el día en que muchos en el país, un poco más de la mitad, que no están de acuerdo con la posibilidad de que Keiko Fujimori llegue al máximo poder político del país, pensaban que estábamos ingresando a una gestión gubernamental muy prometedora.
Es muy prematuro decir que se han equivocado en términos de gestión, porque los desastres de la naturaleza, tal vez esa desgracia, obviamente sin proponérselo, ha sido el primer salvavidas de la figura presidencial que antepuso la solidaridad nacional a los problemas políticos que tuvieron un primer aguante.
La guerra está declarada entre los que están a favor de la vacancia y los que no, aunque también se escuchan indecisos o quizás confundidos frente a lo que nos espera en lo que podría ser un terremoto político con consecuencias inciertas.
Y el panorama congresal se presenta en la figura del legislador Héctor Becerril cuando confirma que su partido, Fuerza Popular, tiene una visión «unánime» respecto de los pedidos de vacancia que han presentado tanto el Frente Amplio como Nuevo Perú en contra del presidente Kuczynski.
Además, aseguró que tras la última reunión de bancada todos los colegas se pronunciaron a favor de esta medida y que concordaron en que PPK «cometió actos de corrupción gravísimos».
Aunque frente a la posibilidad de vacancia y los actos a seguir, en Fuerza Popular se muestran contrarios a la convocatoria de elecciones adelantadas y al planteamiento de la reforma constitucional. Dios nos coja confesados.