Después del ingreso de la Fiscalía Anticorrupción a la empresa Sedaloreto, han empezado a soltarse muchas interrogantes hacia quienes han estado en el poder político municipal, el gobierno regional, y entre quienes han estado en la empresa del agua en cargos de confianza, cuando Odebrecht realizó su obra en Iquitos. Todos están en sospecha.
Lo importante es que se abra la oportunidad de esclarecimiento. Será la investigación fiscal la que determine si amerita pase el resultado de sus pesquisas al Poder Judicial. Mientras siguen examinando los documentos que se llevaron en 26 cajas de cartón de las oficinas de la empresa prestadora de servicio de agua potable y alcantarillado.
El proyecto constructivo que realizó la cuestionada internacionalmente y procesada empresa Odebrecht es la Ampliación y Mejoramiento del Servicio de Agua Potable de Iquitos. Están en juego más de 100 millones de soles que gastó en una obra patética, puesto que no se cumplió con lo prometido, de tener agua las 24 horas del día y que llegaría hasta más del tercer piso de las viviendas. Ni lo uno, ni lo otro.
Esto ya fue observado y cuestionado por la ciudadanía en su momento, pero nada se pudo hacer para que esta realidad cambiara y una vez más una obra deficiente cargamos sobre nuestra impotencia y nuestras tarifas que la central de SUNASS ajena a mayores análisis, tiene que aplicarlas de acuerdo a sus parámetros reglamentarios. Se castiga a los usuarios por la ineficiencia de quienes tienen el poder de decidir hacer o no obras de calidad.
Y en esto de hacer obras de calidad, o por lo mínimo legal que se haga lo que dicen los expedientes técnicos y que los mismos lleven al cumplimiento de los objetivos de los proyectos; por lo que se viene confirmando del escándalo mundial Odebrecht, es que viene desde la direccionalidad de los ministerios respectivos, con la presunta responsabilidad de los presidentes de la República de turno, a los que corresponda la obra.
Una sospecha que se tenía, porque no había lógica en el sentido de cómo el ministerio de Economía que aprueba los presupuestos y, por ejemplo, en este caso de la obra de Odebrecht en Iquitos, el ministerio de Vivienda se vuelva ciego, sordo y mudo, frente a una obra ineficiente, cómo se podía explicar semejante situación. Cómo se podía explicar que un ministerio de Economía tan severo para no aprobar pagos de beneficios legales a los maestros, se mostrara con las “manos abiertas” para aprobar rápido millonarias adendas de estas y otras “obras” públicas que tan cuestionadas terminan. Esperamos que se despejen las dudas y que los responsables asuman lo que hicieron ante la justicia.