Maraña de cables

Las calles de la ciudad de Iquitos se han tornado peligrosas, tanto por abajo como por arriba. Por abajo los miles de huecos en las pistas de las principales arterias que semejan calles bombardeadas. Y por arriba, el peligro de los cables que conducen la energía eléctrica a las casas.
Por cualquier razón, sea el viento fuerte, la lluvia, en cualquier momento, un cable de alta tensión se viene abajo y se acabó el día. Lo que ha ocurrido ayer es solo una muestra de lo que puede pasarle a usted, simplemente por estar en la hora y el lugar equivocados.
Un cable de alta tensión colgado en la vía pública, por donde transitan las personas, pueden tomar contacto con el cuerpo y la fuerza de la electricidad arrojarle al pavimento. A esas circunstancias estamos expuestos por la presencia de gran cantidad de cables aéreos.
En algún lugar siempre hay un cable de alta tensión colgado sin que nadie de Electro Oriente lo sepa, porque nunca se hace un recorrido diario por toda la ciudad, inspeccionando esas conexiones, a nadie le preocupa que un cable esté trozado, cargado de energía para causar daños letales y como no conocen cuáles son los tipos de cable, creen que son de teléfono.  Es más, cuando alguien se preocupa y llama a la empresa, desde las 6 de la mañana, recibe una respuesta de esperanza, no de decisión inmediata. Y como es de esperarse, hay personas que no se dan cuenta por dónde están caminando, ni se dan cuenta del peligro.
Una gigantesca telaraña de cables de alta tensión, cables de teléfono, de empresas de televisión por cable, fibra óptica, es decir una maraña de cosas enredadas y entrecruzadas que, por equis motivos, pueden desencadenar una tragedia.
Parece que estamos acostumbrados a trabajar a la champa, sin respetar ni tomar en cuenta estrictas especificaciones técnicas, y por eso, todo es un desorden en la isla bonita.