Procesos y condenas

No todo lo que brilla es oro, ni menos quien se las da de exitoso empresario, necesariamente, es una persona cumplidora de las leyes. Es así que vemos que un personaje muy conocido en el mundo empresarial de nuestro medio, fue sentenciado ayer por la Sala de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Loreto a cuatro años de prisión suspendida por el delito de defraudación tributaria en contra de la SUNAT- Estado Peruano.

Pero también, es costumbre ya en nuestra región, que con los años pasará a ser una tradición más, que las autoridades municipales salgan mal paradas, procesadas y repudiadas por el mismo pueblo que las eligió, por el mal manejo de los fondos públicos, adquisiciones sobrevaloradas, obras fantasmas, enriquecimiento ilícito y mil malas artes más, porque ven a las municipalidades como una fuente de dinero donde uno puede coger el dinero y metérselo al bolsillo.

Otro de los casos que está en portada es la intervención que hizo la Fiscalía Anticorrupción a la Municipalidad Distrital de Fernando Lores, de la que Stevenson Pizango es alcalde y a quien se ha denunciado por peculado, negociación incompatible y aprovechamiento indebido del cargo.

Dos casos que ponen en vitrina la corrupción de ciertas autoridades y funcionarios de las municipalidades, estos últimos que mal asesoran a los alcaldes, que por desconocimiento de sus funciones y la ley, incurren en faltas graves que les pone al filo del abismo y en el oscuro camino a la prisión.

Lo que se debería analizar es el por qué, algunos altos funcionarios y miembros de instituciones tutelares, que se supone estamos a su amparo los ciudadanos de este país, doctos en el manejo de la Ley, cometen delitos, que por lo escandalosos merecen la condena pública.

Y, finalmente, qué bien que la Sala Liquidadora y la Sala de Apelaciones  estén trabajando con celeridad esos casos que se llevan por años, que nunca fueron vistos ni removidos por equis razones.