El mundo está de duelo. Nelson Mandela, político sudafricano, ex presidente de su país, donde lideró la lucha contra el apartheid, ha partido ayer a sus 95 años.
El hombre que había unificado en un solo pensamiento a sus compatriotas negros, el de la independencia de Sudáfrica, deja una estela de valores que guiarán a los hombres de todas las razas y credos, cuando sientan el yugo opresor del invasor.
´He promovido el ideal de una sociedad democrática y libre en la cual todas las personas puedan vivir en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal por el que espero vivir, hasta lograrlo. Pero si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir´. Fue el primero de sus grandes ideales expuestos al mundo. Y así sufrió más de 26 años de prisión, pero se mantuvo firme. No hubo presión del gobierno blanco que ablandara su espíritu valiente, entregado a las más nobles causas y sagrados derechos de su pueblo. Por eso, Madiba, como le decían cariñosamente sus compatriotas, vivirá por siempre en el corazón de quienes aman la democracia y la libertad.
´Ser libre no es solamente desamarrarse las propias cadenas, sino vivir en una forma que respete y mejore la libertad de los demás´, es otra de sus famosas frases que encierra sus nobles ideales.
Detestó y condenó el racismo porque lo veía como algo barbárico, viniera de un hombre blanco o un hombre negro.
Cuando ganó el Premio Nobel de la Paz en 1,993, dijo: «Nunca me han preocupado mucho los premios personales. El hombre no se convierte en un luchador por la libertad con la esperanza de ganar premios, pero cuando se me notificó que había ganado el Nobel de la Paz de 1993, junto con el Sr. de Klerk, me conmoví profundamente».
El hombre que por sobre todas las desgracias que vivió junto a su pueblo siempre se preocupó por su superación, nos heredó esta hermosa frase: «Después de escalar una montaña muy alta, descubrimos que hay muchas otras montañas por escalar».
Y cuando tuvo que decir algo sobre la desigualdad, este líder sabio, dijo: «Una nación no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos con mejor posición, sino por cómo trata a los que tienen poco o nada».
Pero para que nadie dude de que la educación es el más importante pilar en la vida del ser humano, leamos lo expresado por Mandela: «La educación es el gran motor del desarrollo personal. Es a través de la educación como la hija de un campesino puede convertirse en una médica, el hijo de un minero puede convertirse en el jefe de la mina, o el hijo de trabajadores agrícolas puede llegar a ser presidente de una gran nación».
Nelson Mandela fue uno de los aquellos personajes cuya vida y acción política ha tenido matices tan intensos y claros que lo han erigido como un ícono mundial.