mejor laboratorio de todo lo que puede acontecer, en esta época electoral en política, hurgando en todas las variables posibles, de los vivaques de todo tipo, hasta los más inverosímiles, y de todo el bestiario que se puede dar en el mundo de la política, lo encontramos en el estudio de todas las gamas y recodos de la Revolución Francesa. En ese gran escenario, siempre estudiado, se dan todos los tipos de personajes posibles que se desenvuelven en torno al poder y sus mecanismos.
La chismografía, el chisme, el chismento -como dicen los argentinos- está presente en las pequeñas y grandes causas, tareas y en todas las tiendas políticas Todos los personajes en política, si bien tienen su lugar, no todos hacen siempre lo que les corresponde o aceptan sus propios linderos.
Advertimos que ahora que la región quiere limpieza en la jornada electoral, hay que cuidarse de los aprendices de políticos o políticos mediocres que basan su poderío únicamente respaldado por su capacidad de intriga y de chisme sin poseer una formación intelectual rescatable, ni tener prosa sus ideas y por último, ni ideas; eso sí, perfilando en sus actos la vileza de sus entrañas y la hipocresía de sus actos para mantenerse y lucrar con la mendacidad.
Existen algunos que basan su poder sólo en el chisme y la sobonería de la cual hacen gala en todo momento frente a los fuertes y se ensañan con los débiles o con los que saben más que ellos. Lo peor que puede hacer un político o quien detente el poder es creerle a su chismoso oficial todo lo que le diga sin contrastar las noticias recibidas con otras versiones de gente que no le debe nada.
Se han ganado muchas batallas y glorias por poseer buena información de inteligencia profesional y, asimismo, se han perdido otras por creer a pie juntillas todo lo que llega del ‘corre, ve y dile’ que inventa cíclopes que no existen para derrotarlos en su interesada mitomanía.
Experiencias amargas las tenemos y a montones. La política seria, la que aspira a jugar limpio, si bien debe tener información, debe entender que lo peor es lo que le llega del sobón, del chismoso e intrigante barato o caro, del revecero profesional; del que basa su ubicación precisamente en los rumores que esparce, en las mentiras que inventa, en los fantasmas que le crea a su patrón, amo y dueño momentáneo para obtener sus favores.
El político moderno no debe olvidar estos aspectos que señalamos; sin embargo, ha de utilizar mayormente su tiempo en su propia formación integral, en darle a todos los elementos que se presenten en la baraja del poder su dimensión exacta y su correspondiente límite. Nos atreveríamos a decir que a un chismoso e intrigante sin otro recurso que la insidia se le conoce hasta físicamente por su invariable cara de rata.
El ejercicio político no se aprende en uno o dos días, en uno o dos años; se aprende en la ‘cancha’ con el entrenamiento que da el terreno de los hechos, la práctica cotidiana; y, sobre todo, saber reconocer la lealtad de la traición, cualquiera sea su disfraz y camuflaje. Así que los que aspiran a algún importante cargo en la estructura política de la región y la provincia, están bien advertidos.
Chismografía y política
Un comentario sobre “Chismografía y política”
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JUAN TORRES
A TODAS ÉSTAS ADVERTENCIAS SOLO LE FALTÓ DECIR; QUE LOS QUE TIENEN
PLATA NO DEBEN DE POSTULAR A NINGUN CARGO POLITICO Y LOS QUE NO
TIENEN Y TIENEN LA EDUCACIÓN Y FORMACIÓN PROFESIONAL Y POLITICA,SÍ,
POR ESO. PUEBLO LORETANO,MUCHO CUIDADO AL VOTAR POR LOS QUE GOBERNA-
RÁN EN LA FUTURA CARRERA POLITICA Y A CONOCER SUS HOJAS DE VIDA DE
TODOS LOS QUE ESTARAN EN LA CONTIENDA Y ASPIRAN GOBERNARNOS.MÁS VALE
¡ PREVENIR QUE LAMENTAR ! ¡ TIREN UN OJITO OJITO AL ACTUAL Y HAY MAS !