Simulacros

La historia de los simulacros desde lo vivido por los que ya pasamos hace mucho tiempo por el colegio, se inicia con los simulacros en caso de sismos, vale decir de los sorpresivos movimientos de la tierra que dependiendo de la magnitud y de las bases de las construcciones, puede ser leve, moderado o devastador.
En el colegio nos decían que ante estos movimientos de la tierra se tienen que buscar lugares seguros como columnas, centros de los patios del colegio o lograr salir a la calle y ponernos en el centro de la pista. Entonces ya puestos a buen recaudo, solo esperar en el lugar seguro, no vaya ser que se den réplicas.
Pero, no faltaron las críticas en el sentido de que aquí no se producen estos movimientos de la tierra y que resultaba inútil estar practicando por un sismo o por un terremoto. Otras voces decían que está bien porque es parte de la cultura universal en cuanto a medidas de respuesta en caso tuviéramos que ir a vivir en lugares donde sí se presentan. Bueno un poco de cultura general.
Entonces al ensayo de Simulacro de Sismos, se sumó el de Simulacros de Incendios, que es lo que puede ocurrir en cualquier lugar del mundo, en Iquitos, en Punchana, en San Juan, en Belén, etc, en cualquier lugar de la región y del planeta. Entonces como que se puso a tono la actividad del simulacro, estaba dentro de una realidad directa en esta parte del país.
Ha pasado tanto tiempo y podemos decir que no estábamos muy en lo cierto respecto a que en nuestra ciudad no se podrían presentar movimientos telúricos. En la última década por lo menos hemos sentido dos movimientos de la tierra, el último registrado ha sido uno de los más sentidos por un gran sector de la población.
Así podremos decir que cuantos más Simulacros se realicen, mejor, y considerando diversos fenómenos naturales. En esa línea recientemente se ha realizado en un colegio del centro poblado de Santo Tomás, río Nanay, un SIMULACRO DE INUNDACIÓN. Más acertado no puede ser, porque la mayoría de escolares de esa institución educativa provienen de comunidades que se inundan, y no se conoce de ningún protocolo a seguir en caso de que las aguas cubran la casa.
Es una iniciativa genial y se sabe que han dado algunas pautas sobre cómo superar el obstáculo que pone el agua del río cuando crece. Aprendieron a colocar algunos objetos que les permita formar como un puente para poder pasar y entre otros, a cubrirse con plásticos si ocurre una persistente lluvia. Los niños participaron con mucha atención. Solo hay que seguir mejorando los pasos a seguir para el ensayo.