Juguemos en el Bosque

Cuando pequeños muchos hemos jugado cantando ese estribillo de canción donde se habla de jugar y mirar si el lobo está. Una ronda que es divertida y a la vez con dosis de tensión porque todos en el juego sabemos que el lobo (algo malo) está por venir, pero lo intentamos neutralizar, quizás, cantando, aliviando a los nervios para afrontarlo en su momento.
Esta ronda y juego infantil nos hace asociar con lo que el programa «Juguemos sonríe» se inauguró en la jurisdicción distrital de Belén y que es un proyecto también en la comuna distrital de Indiana. Lo promueve el ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, junto a UNICEF. Se conoce que surgió tras las emergencias de las inundaciones con el fin de brindar apoyo socioemocional a los menores de edad.
Además sugieren que los niños, niñas y adolescentes deben desarrollar habilidades de autoprotección. La verdad que cuentan con materiales lúdicos, con objetos que los infantes disfrutan por el color, la textura, y lo divertido que realmente resultan. Nos parece un gran avance para neutralizar los traumas que puede acarrear una situación riesgosa que traen consigo las inundaciones, donde ellos ven perder sus cosas, incluso sus animales y los sembríos de los cuales los alimentan sus padres y madres.
El proyecto se lleva adelante con las municipalidades y la idea es que este programa forme parte de los gobiernos locales a través de las DEMUNAS. Lo que faltaría incluir al programa es el buscar la solución definitiva a que estos menores de edad tengan que soportar todos los años las inclemencias del fenómeno natural al que llamamos inundación. Se presentarán seguro varias alternativas de poner en debate este tema.
En ese sentido, ya existen experiencias de comunidades enteras que han aceptado buscar una zona más segura para vivir, que son los terrenos altos. Y se han trasladado con el respaldo de la municipalidad de su sector como sucedió en Indiana. Otros preferirán elevar los niveles del emponado o piso de sus viviendas y de todas las construcciones del pueblo para que cuando aumente su caudal el río la vida continúe sin mayores sobresaltos.
Sí es importante aliviar las tensiones de la niñez. Completamente de acuerdo. Pero, esto se tendría que complementar con lograr que vivan en un entorno seguro y por supuesto saludable, garantizando además que por más inundación que haya sus labores escolares no se afectarán. Será una forma de vivir en armonía con la naturaleza, como lo hacían nuestros antepasados, que hasta alimentos almacenaban para esta etapa del invierno en la selva. Tenemos mucho que rebuscar en la historia de la Amazonía para aprender de sus experiencias exitosas.