Piensas: Los pétalos del tiempo…

Fernando Herman Moberg Tobies
http://riendasciegas.wordpress.com
hmoberg@hotmail.com
@FernandoMobergT

 

Me gusta mirar las flores del jardín y los árboles que se mueven con el viento que genera un sonido que me atrapa y lleva a volar con mis pensamientos, me desconecta y une a la naturaleza, al todo, mis ideas ya no están en el dinero, en el trabajo, en las relaciones, mi espíritu se conecta y se va con el viento, con el sonido de los árboles, con lo real.
Mirando las flores como crecen unas más lentas que otras, unas más grandes que las demás, recuerdo las palabras de uno de los jóvenes líderes que asesoro y formo de cerca, al cual lo considero un gran amigo, recuerdo sus palabras mientras me miraba algo desesperando buscando esperanzas, su plan de vida se había caído, descuadrado, las piezas de su ajedrez se movieron con descontrol que no esperaba, yo estaba peinándome dándole la espalda con los lentes de sol puesto, pero mirándolo por el espejo sin que él se fijara que lo estaba observando, sentía una mirada y pensamientos que se repetían en personas cercanas a las que he formado y asesorado con corazón, creyendo en el agradecimiento de las oportunidades.
Con la mayoría de personas a las que he apoyado para que se formen como líderes, no hemos empezado siendo amigos, y eso fue un punto interesante para fortalecer vínculos de respeto y lealtad, ya que la relación social empezó por afinidad de ideas o pensamientos más que por agrado de la personalidad del uno con el otro, y ya en el camino de compartir pensamientos re-evolucionarios se han forjado amistades sanas y valiosas.
En varias ocasiones he estado en el mismo escenario desde que he tenido la oportunidad de fomentar el liderazgo en jóvenes, en un momento determinado sofocados por los problemas de la sociedad que complica a la vida del hombre, me buscan angustiados haciendo preguntas, pidiéndome respuestas, suplicándome la fórmula para no caer y continuar, para soportar y avanzar, para defraudarse sin detenerse, para destruirse y volver a levantarse.
Casi todos mis amigos líderes con menos tiempo de trabajo pero con trascendencia, que se han formado a mi lado, acompañándome, aprendiendo de cerca, ha pasado el mismo episodio con todos ellos, terminan mirándome como si yo tuviera la solución, y cuando estamos en esos momentos en donde la crisis los agobia, me acerco y les recuerdo el esfuerzo que hacen por ser mejores personas y vemos con ejemplos lo que han conseguido hasta el momento con su dedicación, pero no logro llenar los vacíos que los atormentan, y lo sé, que siguen con dudas, por eso ahí me voy a mis inicios, ellos y ellas solo me miran en el presente, y en lo que se puede mostrar sin recordar el pasado y sus misterios, es ahí cuando nos conectamos más con aquellos que confían en mi cariño, abro las experiencias que me han pasado, situaciones que ni se imaginaban, me deprimía como celebraba sin dañar a nadie, me pesaba todo a veces como también me costaba levantarme, me aburría, quería huir de todo, me resentía, pero no podía hacer nada para dejar de sentir esas emociones y sentimientos, me desesperaba hasta el nivel en el que ahora ellos y ellas me miran cuando me piden respuestas, algunos con lágrimas en los ojos y otras sin poder hablar, y les digo que la diferencia y un punto a su favor es que me tienen, que yo estoy ahí, cuando yo no he tenido a quién me guíe y me dé la mano para ir hacía algún lado trascendental, les escenifico que es más difícil cuando se tiene que abrir un nuevo camino, que imponer desgasta, acabas no solo con las manos heridas, pero felizmente todo sana cuando pasa el tiempo, pero para que pase sin doler mucho es necesario hacer cosas que entretengan a la mente, pero que al mismo tiempo sirvan para seguir avanzando hacia el éxito, ya que cuando uno quiere ser mejor las lecciones y las malas situaciones terminan siendo bendiciones para saber cómo funciona este mundo mortal nada natural, y de esa forma cuando esas tormentas se hayan ido, se tenga algo que seguir construyendo y que se sienta que el tiempo perdido no ha ocasionado tanto daño.
Cuando me escuchan que la vida me daba canoa pero sin remo, y yo que yo debía hacer lo que sea para llegar al destino sin remo y sin poder bajarme de la canoa, y que igual llegué, su angustia baja, se desinflan viéndome que no se van a morir, que ya pasará, que ya se irá ese sufrimiento, que también podrán llegar, y los veo sonreír, suspirar, y yo también voy sanando mis recuerdos, dejándolos sin poder en mi presente, reconciliándome conmigo mismo. Cuando me escuchan que no la he tenido fácil, que en sí la vida no es fácil, que el sistema en el que vivimos nos convierte en infelices y que hay que saber jugar y soportar la jugada, van tranquilizándose, cuando vuelven a racionalizar las ideas, los conceptos, la realidad, viendo la vida desde otro enfoque que les permite soportar, avanzar, construir y compartir, se calman, vuelven a la cancha a seguir combatiendo para hacer la diferencia, el orgullo de sus familias.
Cuando se van tranquilos los jóvenes líderes que consideran las ideas que comparto con convicción, entro en una especie de temblor, donde se mueven ciertos pensamientos, pongo música instrumental para ver si por ahí me conecto a la causa del temblor, busco fotos, videos, y recuerdo el reto de mi vida, del valor que no sé de dónde ha salido, pero que ahí estaba, nunca he tenido las respuestas cuando me desesperaba en el pasado, pero soñaba, a veces llorando sin ver salidas, pero buscaba sueños que me motiven; la música me llevaba a sentir las escenas como si estuvieran en el presente, me miraba caminando años atrás, me miraba haciendo lo que tenía que hacer para poder avanzar, sin quebrar las reglas y normas por supuesto, y ese camino es más tranca, más difícil, doblemente más lento y peligroso, pero ahí seguía, a veces siendo el centro de los comentarios que desmerecen o dudan de los ideales de alguien que quiere construir solo por el placer de hacerlo o forjar un tema espiritual, la mayoría de hombres al momento de juzgar el ser humano se contradice, sus creencias no se aplican a lo que hace, pero como nadie mira se atreven a negar y a llenarse la boca.
Esos momentos son como una especie de prueba trampa, sin querer, conseguir mostrarles tiene un costo que cuando ya estoy solo aparece, recordar sin sentir nada es algo que se aprende, pero al principio me dejaba movido por días, dándole vueltas a episodios que dejaron ciertas marcas o que han dirigido mi vida hacia donde estoy.
Puertas cerradas, traiciones, sorpresas positivas, viajes de representación, calumnias, difamaciones, reconocimientos académicos, propuestas profesionales hasta para rechazar, mentiras, manipulaciones, buenos amigos, magníficos aliados sociales, ataques, desamor, unión familiar, tranquilidad, envidia, soberbia, cariño, seguidores, discriminación, aprovechamiento, lealtad, respaldo. Las situaciones por las que he pasado, algunas sin ser contadas para no defraudar a los míos sobre el trato de algunos que ni se esperaba, han sido sorprendentes, pero yo solo he callado perdonando, comprendiendo y avanzando; cuando llegan esos momentos, suspiro al igual que mis amigos que esperan mis lecciones, suspiro hasta más que ellos, que cuando les cuento algunas de las historias, siempre dicen: “Yo no hubiera podido soportarlo” o “Yo no sé qué hubiera hecho”, y me abrazan agradeciendo.
He aprendido a ser leal inquebrantablemente con quienes considero mis amigos y por supuesto con quienes me guían y que son mis líderes, pero también he aprendido a ser leal a lo que pienso, y eso es más difícil aún, defender tus ideales te lleva a bordear extremos que terminan revolcándote, dejándote a veces indefenso, pero si estás bien alerta aprendes a ver cómo te golpean, piensan o mueven los que te golpean, y así se aprende a evitar los golpes o lograr imponer lo que vales. Qué pena que la vida en sociedad también tenga que ser igual de salvaje que en la selva, y tal vez hasta peor.
Al final, siempre apago la música y voy al jardín a ver mis rosas de diferentes colores, formas y tamaños, su diversidad las hace más hermosas, verlas distintas pero juntas es agradable, me relajo observándolas y termino el análisis rápido de cómo fue el camino para llegar hasta donde tengo que estar.
Continuamos con la Re-Evolución Amazónica de lunes a viernes a las nueves de la noche en “Hablemos Claro” por Amazónica de Televisión-Canal 2.