Negligencia médica en El Estrecho casi mata a menor

  • Menor tuvo apendicitis y uno de los médicos le preguntaba si tenía enamorado.
  • Llegó desmayada, casi muerta de dolor hasta el hospital Iquitos.
  • Director regional de salud debería cambiar de inmediato a los responsables y abrirles proceso.

Desde el 6 de noviembre, la denuncia fue interpuesta ante la fiscalía mixta de El Putumayo, por el padrastro de la menor Edgar Soneo, esperándose una investigación seria y profunda contra los que resulten responsables, empezando por el médico gerente de ese centro de salud Ángel Raúl Figueroa Sandoval.

Gerente que no autorizó la urgente referencia de la menor (Wendy, 12 años) a Iquitos, pese a que se retorcía de dolor, siendo los padres que endeudados lograron sacarla de El Estrecho para que sea operada de extrema urgencia en Iquitos por el Dr. Valera. La tuvieron sufriendo una semana en El Putumayo y a punto de morir, siendo que en ese centro cuentan con un ecógrafo donde bien pudieron ver que era apéndice.

Agregándose a todo ello, que de manera cobarde, solo un personal técnico acompañó a la menor hasta el aeropuerto, más no hasta Iquitos. Es decir, si moría en el camino la menor, nadie se haría cargo. El reconocido médico Eduardo Valera, diagnosticó PERITONITIS y operó de extrema urgencia, hoy la menor viene recuperándose.

Sobre el injustificable hecho, se pudo entrevistar a la mamá de la menor Yuri Erazo Palla, quien narró todo el calvario que vivió para poder sacar a su hija desde la frontera. Indignada y con ojos en llanto, contó como uno de los médicos incluso le insinuó que los dolores fuertes de su hija en el vientre, podría ser porque ya tenía enamorado y ella no lo sabía.

“La llevé al hospital cuando tenía dolor fuerte, ahí le ponían calmantes y la regresaban a casa. Después le llevo con fiebre alta, también le dieron calmantes y otra vez a su casa. Un sábado, domingo seguía con ese dolor y me dijeron que no la atendían porque tenía que pasar consulta. La llevé el lunes y el médico me dijo que tenía infección urinaria. Un dolor en el costado derecho, luego bajó al vientre. El doctor otra vez me manda a hacer análisis.

Un doctor Jaime, me dice que era apéndice. Luego otro doctor dice no, hablan, parece se contradecían. Cuando me iban a dar referencia a Iquitos llega el gerente Ángel Figueroa. Le dije que desde el viernes estaba con fiebre, él le toca por la vejiga y mi hija dijo que le dolía mucho. Él médico dijo que no era apéndice, que no era necesario enviarla a Iquitos.   

Ángel le pregunta a mi hijita que estaba con todita la fiebre: “¿Tienes novio?” y ella le dijo con su cabecita que no. Entonces yo le recrimino al doctor que cómo le iba a decir si tenía novio, yo soy su madre y ella es una niña. Él me indigna más al decirme que quizá tenía novio y que quizá yo no lo sabía. Ha insinuado que quizá mi hija haya tenido relaciones sexuales. Dijo que no era apéndice y se salió.

El doctor Jaime me dijo: “voy a sacarle una ecografía a la niña para ver qué tiene”. Luego regresa y me dice señora esta niña está bien mal y llamaron al SIS para su traslado. La señorita del SIS le respondió mal, yo escuché porque estaba en altavoz. Ella le dijo: “Yo no puedo tomar decisiones de un día para otro, no puedo mandar una avioneta o darte un pasaje ahorita”. Yo luego endeudándome, salí a buscar, mi hija se estaba muriendo” contó la mamá con lágrimas cayendo por sus mejillas.

La acompañaba la asistenta social de la gerencia de asuntos indígenas, que vio por ellas en Iquitos. “Me llamaron de El Putumayo indicando que venía una menor en mal estado. Me contacté con el director del hospital Iquitos Miguel Pinedo. Él me dijo que no había ningún problema y envió una ambulancia.

Ella estaba prácticamente tendida en el piso del aeropuerto, llegó desmayada, casi muerta, no tanto respiraba. Ni un personal de salud estaba a su lado. El doctor Valera, la operó porque el apéndice se le había reventado en el vuelo. Había hecho peritonitis. Tuvo que hacer una cirugía especial para salvar la vida de la menor” narró la asistenta.   ¡Por Dios! ¿Tan malos profesionales de la salud existen en algunas partes de Loreto? Una crueldad inmensa la de ese gerente que debe ser investigado no solo por la fiscalía, sino de inmediato por el doctor Carlos Calampa, y ver qué acción correctiva tomar contra él.