La Infantería

La Infantería es la tropa a pie en la milicia. Es el arma del ejército de tierra que en los enfrentamientos bélicos, la guerra, combates y batallas tiene a cargo la sagrada misión de conquistar, ocupar y conservar el terreno; es por tanto el arma del combate próximo, que es el verdaderamente decisivo, es el arma de cuyo provecho actúan los demás.
Su potencia y destrucción sobre el personal no protegido es grande, pequeño contra el protegido y muy limitado contra los obstáculos materiales, puede marchar y luchar en toda clase de terrenos tanto de día como de noche y cualesquiera sean las circunstancias atmosféricas avanza en formaciones claras que disminuyen su vulnerabilidad utilizando los accidentes del suelo, amoldándose a él y organizarlo siendo tan grande su capacidad defensiva que, en muchos casos puede, solamente con sus propios medios, conservar el terreno conquistado.
La unidad táctica fundamental de la infantería es en primera instancia el teatro de operaciones bajo la jefatura de un general de Brigada o un coronel con una sección de enlaces y trasmisiones, tren de cuerpo de aprovisionamiento de municiones, servicio sanitario, y  excelente logística. El batallón conformado por unidades que actúan estratégicamente por combinación de fuego y movimientos sincronizados.
Cuatro compañías de fusiles-ametralladoras, cuatro compañías de fusiles automáticos ligeros (FAL), unidades de fuego y una compañía de ametralladoras, sección de morteros y cañones de infantería (En la época actual).
Luego viene la Infantería en Línea, la que combate en masa como cuerpo principal de la batalla. La Infantería Ligera, la que presta servicio de guerrillas de avanzada y al descubierto. Y por último la Infantería de Marina, que presta servicio de choque en buques, arsenales, departamentos marítimos o en campo abierto. Con personal especializado en  buceo, demolición y salvataje
El pueblo peruano es y será siempre infante por casta, historia  y  geodesia, rememoremos que con infantes nació el mito del Lago Titicaca, origen primigenio  del hombre peruano. Esos infantes del Tahuantinsuyo, fueron los primeros en vencer la difícil geografía de los cuatro suyos, cruzando territorios en todas direcciones, peleando, conquistando y extendiendo su poderoso imperio hasta llegar a su apogeo destacando los Incas Pachacútec y Túpac Yupanqui.
Infantes fueron los hombres que cayeron unos tras otro en la plaza de Caxamarca (Cajamarca), cubriendo las angarillas del Inca Atahualpa, por parte del ataque de los conquistadores. Infantes fueron los 200,000 hombres de Manco Inca en 1536, con su contundente victoria en Ollantaytambo. Infantes fueron las aguerridas falanges de José Gabriel Condorcanqui Noguera “Túpac Amaru II” torturado y después despedazado conjuntamente con su esposa Micaela Bastidas Puyucahua  e hijos  en la plaza principal del Cusco Imperial. Infante fue Cahuide, quién diera el salto mortal desde la parte más alta de la fortaleza de Sacsayhuamán.
Infantes fueron los guías, en todas las acciones que muestra la guerra, en los desiertos, montañas y en la infranqueable selva a través de nuestra historia. Infantes fueron los arrieros que nos alertaron en la .quebrada de Tarapacá, aquel glorioso e histórico 27 de noviembre de 1879, hace 135 años,  que nos condujo a la victoria en condiciones adversas.
Se trataba de remanentes de nuestro ejército en un principio totalmente desmoralizado, que después de reveses en su retiro hacia Arica descansaba en Tarapacá, sin víveres ni abastecimientos,  agua, semidesnudos, otros descalzos, con un precario armamento de hondas, rejones, y armas de fuego insuficientes, sufriendo las inclemencias de la naturaleza, anímica y físicamente vencidos. Sin embargo, sacaron a relucir su valor moral sobreponiéndose a la adversidad combatiendo con abnegación y la ferocidad de auténticos soldados. Como auténticos pumas de la cordillera.
Supieron superponerse  a la sorpresa del ejército chileno, que era superior en todo,  dominaron la fatiga y la confusión reinante en esos momentos de fluctuación. Reaccionando con mucha tolerancia y serenidad, euforia, coraje, don de mando y mucho amor a la patria que son cualidades y privilegios que honran a cualquier ejército del mundo.
La Batalla de Tarapacá, constituye timbre de legítimo orgullo y de gloria porque fue sellada al impulso del valor y del amor a la Patria. Los Infantes herederos del coronel Andrés Avelino Cáceres Dorregaray, que gloriosamente llevan el color celeste que corresponde a los grandes espacios y altozanos del cielo límpido. O como el agua, cuando  es calmosa y traslúcida, porque así de gigantesca fue la victoria en Tarapacá. Cáceres, simboliza: coraje, estrategia, tradición y heroísmo de un pueblo que prefirió morir de pie, antes que de rodillas.
Coraje, rebeldía y holocausto de una raza de abnegación, ejemplo, disciplina y esperanza de un ejército glorioso. Allí se hizo presente el sello de la infantería que combatió escalando alturas y persiguiendo en el desierto, sembrando la muerte a su paso, castigando duramente al enemigo, capturando banderas, por eso con orgullo y mucha unción patriótica decimos:
¡ LA INFANTERÍA….
«LA  REYNA DE LAS
BATALLAS»¡…