La cruz de su santidad en estado de abandono

  •  La Iglesia local debería haber construido al pie de la Cruz un pequeño oratorio

Cuando visitó a nuestra ciudad Karol Wojtyla, Papa Juan Pablo II, hace aproximadamente 33 años, precisamente, un 5 de febrero, la Comisión Receptora de la visita del Papa, decidió erigir una cruz de palisangre en las inmediaciones del aeropuerto internacional “Francisco Secada Vignetta”, como homenaje y como recuerdo de aquel ilustre personaje que quiso, por lo menos, en una escala técnica de dos horas, ponerse en contacto con la gente de la selva.
Fue algo apoteósico y jamás visto en esta parte del Perú. El encuentro y el contacto de Su Santidad, con los hijos de la selva, llegó a su clímax, cuando dijo que el “El Papa también se siente Charapa”.
Fue una experiencia maravillosa y estupenda, que quedó grabada en la memoria de los pueblos. Empero, pasaron más de tres décadas y aquel símbolo del cristianismo (la Cruz), a la fecha, casi está, por decir lo menos, en completo abandono y en mal estado.
Teniendo en cuenta lo que significa para nosotros este símbolo ¿no habrá alguna institución sea laica o religiosa, o simplemente el “Patronato de Iquitos”, si es que existiese aún, que se haga responsable de la cruz? Es más, la Iglesia local debería haber construido al pie de la Cruz un pequeño oratorio para que propios y extraños puedan elevar sus plegarias y tener como intercesor al ahora, San Juan Pablo II.
Sería un justo reconocimiento a aquel Santo que se robó el corazón de los loretanos. La propuesta está hecha señores, depende de ustedes.
(C. Ampuero/F. Sánchez)