Cuando nos referimos al pasado de nuestra infancia viene a nuestras mentes, con generalidad, los momentos de juegos, de risas, de diversión con los amigos de la cuadra, del colegio, de todos los espacios donde estábamos con gente de nuestras edades.
Es parte de la vida. Tal es así que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el 11 de junio como el Día Internacional del Juego tras una campaña global que reunió a educadores, defensores de derechos, líderes comunitarios y más de 140 países.
Seguro que se analizó bastante para hacer esa propuesta y luego decretar el día internacional del juego. Y es que señalan que es el momento de crear conciencia sobre la importancia del juego para el desarrollo y el bienestar de todos los niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
Y es el momento de unirnos para garantizar que puedan ejercer su derecho al juego, que sabemos no todos los niños pueden a plenitud porque son explotados trabajando, o viven en hogares violentos o están atrapados en una guerra horrible que no entienden qué pasa, aunque así en medio del dolor y la sangre hay unos minutos para jugar y sonreír.
Ha sido ayer 11 de junio el Día Internacional del Juego, que sustenta que es parte del desarrollo integral de los niños. Así, diversas entidades internacionales coinciden en que garantizar el acceso al juego en espacios seguros y adecuados mejora la salud mental, fortalece vínculos y potencia la creatividad. El juego es un derecho, no es un lujo o una actividad secundaria.
El juego de igual modo, ayuda a comprender reglas sociales y desarrollar la identidad personal en los niños. Diversos estudios recopilados por UNICEF demuestran que los niños que tienen tiempo libre para jugar muestran mayor seguridad emocional, habilidades sociales más fuertes y mejor rendimiento académico.
La ONU también advierte que el estrés, las jornadas escolares extensas, la urbanización sin áreas verdes y la presión académica reducen cada vez más los espacios de juego libre. Por ello, la nueva fecha busca crear conciencia en padres, docentes y responsables políticos sobre la urgencia de revertir estas dinámicas.
En realidad, todo está dicho desde hace muchos años, lo que nos falta es generar las condiciones, donde hasta toda la familia puede disfrutar de momentos de juegos, chicos y grandes, liberaría tensiones, nos uniría más y regeneraría las fuerzas. Busquemos espacios para jugar no solo congelados en el internet, sino en otras dinámicas también divertidas que nos muevan de un lugar a otro.
Vamos a jugar
